El Estado Islámico crea una policí­a femenina

La Brigada Al Jansa es implacable con las mujeres que infringen las normas dictadas por los radicales. En sus filas, la mayorí­a de las yihadistas son extranjeras occidentales

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El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) cuenta con un número indeterminado de mujeres entre sus filas. En las provincias de Deir al Zur y Al Raqa, ambas al noreste de Siria, los islamistas radicales han creado una policía femenina que patrulla por la zona.

Se desconoce con exactitud la cifra total de miembros de la llamada Brigada Al Jansa, cuyo nombre hace alusión a una poetisa contemporánea del profeta Mahoma que se convirtió al islam. Algunas fuentes locales apuntan que su número podría oscilar entre las doscientas y mil brigadistas, de las que la mayoría son extranjeras occidentales.

El ISIS no permite a las mujeres tomar parte en la lucha armada. La alternativa que ofrece a las yihadistas que se suman a la causa es casarse con algún miliciano o adherirse al grupo policial, aunque en sus filas también hay esposas de guerrilleros del grupo extremista. Antes de salir a patrullar por las calles, las reclutas reciben entrenamiento en el manejo de armas y formación religiosa.

Una vez completado el adiestramiento pueden empezar a trabajar en la Brigada Al Jansa, donde se trasladan en grupos de entre tres y cinco personas, en los que siempre hay alguna araboparlante, en busca de mujeres que contravengan los preceptos de la organización fundamentalista.

A la hora de intervenir de forma implacable, torturan y castigan con latigazos a las infractoras, las activistas de la citada organización terrorista se rigen por las normas dictadas en un manifiesto titulado ‘La mujer en el Estado Islámico’. Divulgado en las redes sociales y publicado ahora en inglés por la Quilliam Foundation, el documento recuerda que “el papel señalado para la mujer es permanecer oculta y mantener la sociedad desde detrás de su velo”. Su traductor y analista, Charlie Winter, explica que el texto está dirigido únicamente a las féminas del mundo árabe y musulmán.

“Las mujeres tienen su secreto Celestial en el sedentarismo, la quietud y la estabilidad, y los hombres son lo contrario, movimiento y fluidez, porque esa es la naturaleza del hombre. Si los papeles se mezclan y solapan, la base de la sociedad se conmueve, sus pilares se agrietan y sus paredes se derrumban”, subraya el controvertido texto.

“El modelo preferido por los infieles en Occidente fracasó en el minuto en que las mujeres fueron liberadas de su celda en el hogar”, advierte.

También indica que “se considera legítimo para una niña casarse a los nueve años. Las chicas más puras se casarán a los 16 o 17, mientras aún son jóvenes y activas. Los hombres jóvenes no tendrán más de 20 años en estas gloriosas generaciones”.

El documento concluye pidiendo a las mujeres: “No causéis vergüenza al Califato, servidlo aunque sea con una palabra”. 

Un informe reciente del Alto Comisionado de la ONU y de la UNAMI (Misión en Irak de las Naciones Unidas) refleja con unos datos escalofriantes las injusticias a las que son sometidas las mujeres como consecuencia del avance del Estado Islámico y el salvajismo que profesa en la defensa de su cosmovisión radical. La violencia sexual sectaria, es decir, hacia colectivos que no profesan su interpretación del islam, es el pan de cada día para las yazidíes o las cristianas en ese país.

En esta línea, otro manual del ISIS enseña a sus seguidores a tratar a las mujeres como auténticas mercancías. El documento, llamado ‘Su’al wa-Jawab fi al-Sabi wa-Riqab’ (Preguntas y respuestas sobre la toma de cautivas y esclavas), ha sido publicado por la Biblioteca Al-Himma, la editorial del Califato, con fecha del mes de Muharram de 1436 (mediados de octubre a noviembre de 2014).

Editada en forma de cuestionario, la guía responde a preguntas como “¿Se puede adquirir a dos hermanas al comprar esclavas?”. En uno de sus 27 puntos, recoge a partir de qué edad se puede violar a una menor.

El autoproclamado Estado Islámico permite también que una mujer sea “propiedad” de varios hombres, que deberán llegar a un acuerdo para “usarla”. Además, “es posible golpear a las prisioneras” aunque sólo como medida disciplinaria. 

Según ha explicado el Centro de Control de la Amenaza Yihadista y Terrorista (JTTM), ante la ola de indignación que ha provocado el uso de las prisioneras como esclavas sexuales, el manual pretende dar una serie de directrices a los guerrilleros.

Los yihadistas creen estar en su pleno derecho de utilizar a las cautivas para comerciar con ellas. En uno de los números de la revista oficial, Dabiq, el ISIS presumía de ello: “Tras su captura, las mujeres y los niños yazidíes fueron repartidos de acuerdo con la ‘sharia’ entre los luchadores que participaron en las operaciones de Sinyar. Después, un quinto de los esclavos fue transferido a las autoridades del Estado Islámico para ser repartidos como ‘khum’ [botín de guerra]”, señala la publicación.

La compraventa de esclavas en el Califato parece una realidad indiscutible. Los líderes de la organización fundamentalista, de hecho, han llegado al extremo de emitir una lista de precios oficiales en función de la edad de la mujer, más cara cuanto más joven. 

En el mercado de Mosul, las niñas cristianas y yazidíes de uno a nueve años se han vendido al precio de 172 dólares americanos, según ha informado Iraqi News. “En el nombre de Alá, el Compasivo y misericordioso hemos recibido noticias de que en los mercados de ganado y mujeres la demanda se ha reducido drásticamente y esto afectará a los ingresos del Estado Islámico, así como la financiación de los muyahidin en el campo de batalla. Hemos hecho algunos cambios. A continuación se presentan los precios de mujeres cristianas y yazidíes”, dice el texto en árabe.

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Iván de Vargas

Profesional de la comunicación con más de 15 años de experiencia en la información religiosa. A lo largo de su dilatada trayectoria, ha desempeñado diferentes responsabilidades: delegado diocesano de Medios de Comunicación Social de Córdoba y director de la Revista Primer Día; director de comunicación de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM); redactor jefe del Semanario Alba, y responsable de comunicación de María Visión España, donde ha dirigido y presentado diferentes programas de TV. Asimismo, ha sido colaborador de diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales (Cadena Cope, Popular TV, Intereconomía TV, Radio Intereconomía, La Nación, Trámite Parlamentario y Municipal, Radio Inter, Radio María, Semanario Alfa y Omega, Avvenire, etc.). En este tiempo, ha estado especialmente vinculado a la cobertura informativa de las actividades del Papa y la Santa Sede. Actualmente es redactor de la agencia ZENIT. También es miembro fundador de Crónica Blanca y socio de la Unión Católica de Informadores y Periodistas de España (UCIP-E).

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