CIUDAD DEL VATICANO, 1 dic 2000 (ZENIT.org).- El gobierno comunista ha endurecido la línea represiva contra los católicos. Esta es la dura acusación que lanza la agencia misionera de la Santa Sede Fides, en su último boletín informativo.
Fides refiere como último ejemplo de discriminación religiosa la emanación de una ley que prevé la suspensión de los títulos de estudio de los profesionales que entran al seminario o a una orden religiosa. En los últimos años, varios médicos entraron en seminarios o conventos franciscanos y jesuitas. Según la nueva ley, explica Fides, por el hecho de ser sacerdotes o religiosos, no podrán prestar servicios médicos a la población.
La agencia vaticana constata, sin embargo, que la Iglesia católica continúa con su acción de evangelización, sobre todo entre los jóvenes. Testigos de la capital han declarado a Fides que «día tras día hay jóvenes que se unen a alguna comunidad guiada por sacerdotes. Todo este empeño es apoyado por nuestro arzoobispo, el Cardenal Jaime Ortega, un hombre que sabe cómo hablar a los jóvenes y hacerles sentir parte importante de la Iglesia cubana».
El gran éxito obtenido por la Iglesia entre los jóvenes genera episodios de intolerancia, añade Fides. El pasado 21 de noviembre, en un instituto superior de las afueras de Aguada de Pasajeros, La Habana, la maestra Olga Lidia hizo añicos una estampa con la imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, que se le había caído a un estudiante, prohibiendo a todos llevar a la escuela imágenes religiosas.
Los padres de los estudiantes denunciaron lo acaecido al responsable del colegio, quien les respondió diciendo que la educación en Cuba «es un deber del Estado y no un derecho de los padres».