11 de febrero: Jornada Mundial del Enfermo en la Lourdes de India

Centro de peregrinaciones también para los hindúes

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CIUDAD DEL VATICANO, 14 enero 2002 (ZENIT.org).- La próxima Jornada Mundial del Enfermo, se celebrará el próximo 11 de febrero en lo que Juan Pablo II ha llamado «la Lourdes de Oriente», el santuario de la «Virgen de la salud», en Vailankanny (sur de India).

Con este motivo, el pontífice nombró este lunes al arzobispo Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, como su enviado especial a las celebraciones.

En su mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo 2002, el mismo Papa explica: «Vailankanny no sólo atrae a peregrinos cristianos, sino también a muchos seguidores de otras religiones, especialmente hindúes, que ven en la Virgen de la salud a la Madre solícita y compasiva de la humanidad que sufre».

«Las diversas religiones de la humanidad siempre han tratado de responder a la pregunta del sentido del dolor y reconocen la necesidad de mostrar compasión y bondad a los que sufren –explica el Papa en su mensaje–. Por eso, las convicciones religiosas han dado origen a prácticas médicas encaminadas a tratar y curar las enfermedades, y la historia de las diferentes religiones, registra formas organizadas de asistencia sanitaria a los enfermos, practicadas ya desde tiempos muy antiguos».

Ahora bien, sigue explicando el mensaje pontificio, «aunque la Iglesia considera que en las interpretaciones no cristianas del sufrimiento se hallan muchos elementos válidos y nobles, su comprensión de este gran misterio humano es única».

«Para descubrir el sentido fundamental y definitivo del sufrimiento tenemos que volver nuestra mirada a la revelación del amor divino, fuente última del sentido de todo lo existente –aclara–. La respuesta a la pregunta sobre el sentido del sufrimiento ha sido dada por Dios al hombre en la cruz de Jesucristo».

«La respuesta cristiana al dolor y al sufrimiento nunca se ha caracterizado por la pasividad –añade–. La Iglesia, urgida por la caridad cristiana, que encuentra su expresión más alta en la vida y en las obras de Jesús, el cual «pasó haciendo el bien»».

En esta labor, concluye, «la Iglesia insiste en el principio según el cual no todo lo que es técnicamente posible es lícito moralmente. Los enormes progresos y avances de la ciencia médica, en tiempos recientes, nos dan a todos una gran responsabilidad con respecto al don divino de la vida, que sigue siendo un don en todas sus fases y condiciones».

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ZENIT Staff

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