2001, «Año mariano para toda la Orden Carmelita»

Se celebran los 750 años de la entrega del escapulario

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ROMA, 9 ene 2001 (ZENIT.org).- El año 2001 ha sido proclamado «Año mariano para toda la Orden Carmelita» al cumplirse el aniversario número 750 de la aparición de la Virgen a San Simón Stock, cuando recibió el escapulario.

El anuncio ha sido hecho público por el prior general del Carmelo, el padre Joseph Chalmers, junto al superior general de la Orden, el padre Camilo Maccise. Pretende ser una oportunidad para meditar sobre los orígenes de ese manantial de espiritualidad surgido en esta familia religiosa que ha dado a la Iglesia figuras extraordinarias de santidad, como santa María Magdalena de Pazzi, santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz o Edith Stein.

La Orden de los Carmelitas tiene sus orígenes en el Monte Carmelo, en Palestina, donde, como recuerda el segundo Libro de los Reyes en la Biblia, el gran Profeta Elías luchó en defensa de la pureza de la fe en el Dios de Israel. «Karmel» significa «jardín».

En el siglo XII (quizás después de la tercera cruzada, 1189-1191) algunos penitentes-peregrinos, provenientes de Europa, se establecieron junto a la «fuente de Elías», en una de las estrechas vaguadas del Monte Carmelo, para vivir en forma eremítica y en la imitación del profeta Elías su vida cristiana en la misma tierra de Jesús.

Este grupo de ermitaños laicos para tener una cierta estabilidad jurídica se dirigió al patriarca de Jerusalén, Alberto Avogadro (1150-1214), residente en aquel tiempo en San Juan de Acre, en las cercanías del Monte Carmelo. Este escribió para ellos una norma de vida, entre el 1206-1214.

En el año 1246 Simón Stock fue nombrado general de la Orden Carmelita. Éste comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo.

En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le apareció la Virgen a y le entregó el escapulario para la orden con la siguiente promesa: «Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno».

De este modo, el escapulario se ha convertido a través de la historia, no sólo para los carmelitas, sino también para todos los cristianos, en una señal de su compromiso cristiano, siguiendo el ejemplo de María.

Los 750 años de la aparición de la Virgen a san Simón Stock serán recordados también durante las sesiones del Capítulo general del Carmelo, que está programado para el mes de septiembre del próximo año y que reunirá a más de 150 religiosos provenientes de todo el mundo.

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ZENIT Staff

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