A imagen de Dios lo creó (Gen. 1,27)

Reflexión del rector de la Universidad de Loja sobre el programa del pontificado

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En la homilía de inicio de su pontificado, el Papa Francisco explica la misión que Dios confía a José: la de ser custodio; y cómo José ejerce esta custodia “Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto y no tanto al propio”; y acentúa que es “custodio” porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad y en él vemos cómo se responde a la llamada de Dios, con disponibilidad, con prontitud. Y vemos también que el centro de la vocación cristiana es Cristo.

Guardemos a Cristo para guardar a los demás y salvaguardar a la creación. En definitiva nos está diciendo: Guardemos a Cristo, vivamos con Él nuestra vida, actuemos con Él, por Él y en Él y estaremos viviendo en la voluntad de Dios, Cristo nos lleva al Padre y nos envía el Espíritu Santo. Pero ¿Esta vocación de custodiar nos atañe sólo a los Cristianos?

La respuesta es No. Corresponde a todos. Todo está confiado a la custodia del
hombre y a todos, cristianos o no, con responsabilidad o no, se dirige a los hombres
y mujeres de buena voluntad y pide un favor: seamos custodios del designio de Dios
escrito en la Naturaleza, comenzando por nosotros mismos. No tengamos miedo
ni a la ternura ni a la bondad. Custodiar es un servicio y todos tenemos el poder
de servir, el poder es el servicio. Un servicio que tiene su culmen luminoso en la
cruz.

La cruz es la que ilumina la grandeza de los que el mundo ha considerado 
despreciables porque son la más viva imagen de Dios sin los atavíos que la riqueza
otorga para disfrazar, maquillar, ocultar la realidad que somos para que no brille
la cruz o la luz de Dios sino la mía y para que no se cumpla su voluntad sino la mía.

Así hasta el poder de servir se convierte se transforma en el poder de imponer mi voluntad y nos la Suya y hacer crecer a los demás a mi imagen y semejanza degradando la grandeza de mi origen en el caprichoso invento que el poder del mundo me ofrece para hacerme dios delante de mis hermanos.

Hagamos brillar con Francisco la estrella de la Esperanza: protejamos con amor lo
que Dios nos ha dado.

Dr. José Barbosa
Rector de la Universidad Técnica Particular de Loja
Ecuador

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ZENIT Staff

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