Al menos de 31 muertos y 200 desaparecidos es el saldo provisorio de un accidente naval sucedido anoche en la región central de Filipinas, donde un ferry de pasajeros entró en colisión con un buque mercante porta container.
El papa Francisco expresó su “profundo dolor” al conocer la noticia de la “trágica pérdida de vidas humanas”, como lo indica el telegrama enviado a su nombre por el cardenal Tarcisio Bertone al arzobispo de Cebú, Mons. José S. Palma.
El santo padre añade en el telegrama que asegura “su cercanía a través de la oración» y que «encomienda a las víctimas a la misericordia amorosa de Dios omnipotente”. Pide además “fuerza y la consolación divina para las familias en luto, por los heridos y por todos aquellos que se empeñaron en las operaciones de socorro”.
El barco MV Saint Thomas Aquinas se fue a pique en pocos minutos tras chocar con el carguero MV Sulpicio Express a un kilómetro de distancia de las costas de la provincia de Cebú.
El St Thomas Aquinas, procedía de Surigao, en el sur del archipiélago y se dirigía a Manila haciendo escala en la localidad en la que se registró en accidente.
Unas doscientas personas faltan a la llamada de las 870 que se encontraban a bordo en una embarcación con capacidad para 900 personas. Los buzos y medios de socorro prosiguen la búsqueda de desaparecidos y eventuales sobrevivientes.
En Filipinas, compuesta por un archipiélago de más de 7 mil islas, los viajes en embarcaciones son muy frecuentes y también los accidentes. El más grave fue el que se registró en 1987 delante de Manila, en donde murieron 4.300 personas.