Aclaración vaticana sobre la Congregación para la Evangelización de los Pueblos

En respuesta a noticias aparecidas en la prensa

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 28 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos el comunicado de prensa que ha emitido este lunes la Oficina de Información de la Santa Sede en respuesta a noticias publicadas sobre la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

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Ante noticias que desde hace tiempo se difunden sobre la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (antiguamente llamada «De Propaganda Fide»), parece necesario mencionar algunos datos objetivos para tutelar la reputación de este importante organismo de la Santa Sede y de la Iglesia católica.

La Congregación es la institución que tiene la tarea de dirigir y coordinar en todo el mundo la obra de evangelización y la cooperación misionera (Cf. constitución apostólica Pastor Bonus, 85). El primer y fundamental objetivo consiste, por tanto, en guiar y apoyar a las Iglesias jóvenes, situadas en territorios de reciente o escasa evangelización, territorios que en virtud de una larga tradición están sometidos a la competencia del dicasterio por lo que se refiere a todos los aspectos de vida eclesial.

Por este motivo, coordina la presencia y la acción de los misioneros en el mundo, somete al Santo Padre los candidatos al episcopado, tiene la responsabilidad en la formación del clero local, de los catequistas y de los agentes pastorales.

Esta función de orientación es ejercida en su más alto nivel por los miembros de la Congregación, en su mayoría cardenales, muchos de ellos provenientes de los mismos países de misión, que se reúnen periódicamente. La gestión ordinaria del dicasterio es dirigida por el cardenal prefecto y por los demás superiores, según las respectivas funciones.

Con el objetivo de desempeñar su propia tarea, la Congregación dirige y mantiene en Roma una amplia serie de instalaciones al servicio de la formación, entre las que destacan la Universidad Pontificia Urbaniana (unos mil cuatrocientos alumnos en este año académico), varias residencias universitarias, en las que estudian actualmente 150 seminaristas, 360 sacerdotes, 150 entre religiosas y laicos enviados de los cincos continentes.

Esta gran obra, que exige una cantidad importante de recursos financieros, constituye sólo una parte del compromiso de la Congregación. Como se sabe, distribuye cada año a las Iglesias de los territorios que le están sometidos (1.080 circunscripciones) un subsidio financiero ordinario, que en muchos casos representa la principal o una de las principales fuentes de entrada para las diócesis, los vicariatos apostólicos, las prefecturas, las misiones sui iuris, etcétera.

Además, la Congregación envía anualmente ayudas para la formación del clero local, que para la Santa Sede es un medio imprescindible para el crecimiento y la maduración de estas Iglesias, que se encuentran entre las realidades más vitales y prometedoras para el futuro de la Iglesia católica. Gracias a la ayuda de la Congregación y de otras innumerables obras de apoyo a las misiones por parte de los católicos de todo el mundo, un notable número de sacerdotes, seminaristas y otros agentes pastorales puede estudiar en Roma, junto al sucesor de Pedro, viviendo una experiencia única de formación, típica de la catolicidad, capaz de marca de manera indeleble el futuro servicio a las respectivas comunidades.

Además de todo esto, distribuye anualmente una cantidad de ayudas para proyectos a favor de la construcción de nuevas iglesias, instituciones pastorales, obras de alfabetización, hospitalarias y de salud, en particular a favor de la infancia, así como educativas, con frecuencia en algunas de las regiones más pobres de la tierra. Toda esta serie de iniciativas, así como otras muchas, son promovidas y coordinadas por las Obras Pontificias Misioneras, en el seno del dicasterio. Si se considera la relación entre cantidad del personal implicado y los recursos distribuidos, se puede verificar fácilmente que los costes de gestión son muy inferiores a los de cualquier otra organización internacional comprometida en el campo de la cooperación, gracias a la colaboración directa y gratuita, en todo el mundo, por parte de obispos, nunciaturas apostólicas, organizaciones católicas.

La Congregación para la Evangelización de los Pueblos recibe sus recursos principalmente de la colecta de la Jornada Misionera Mundial, distribuida totalmente a través de las Obras Pontificias Nacionales, y, en segundo lugar, de las rentas del propio patrimonio financiero e inmobiliario. El patrimonio se ha constituido a través de décadas gracias a numerosas donaciones de bienhechores de todo origen, que han querido dejar parte de sus bienes al servicio de la causa de la evangelización.

La evaluación de este patrimonio es obviamente una tarea muy complicada, que requiere la asesoría de personas expertas en diferentes campos profesionales y que, como todas las operaciones financieras, puede quedar sometida a errores de evaluación y a las fluctuaciones del mercado internacional.

De todos modos, como prueba del esfuerzo por una correcta gestión administrativa y de la cada vez mayor generosidad de los católicos, este patrimonio ha seguido aumentando. Al mismo tiempo, en los últimos años, se ha aumentado la conciencia de la necesidad de mejorar la rentabilidad y, con este objetivo, se han instituido estructuras y procedimientos orientados a garantizar una gestión profesional y en línea con los criterios más avanzados.

Con esta nota se pretende recordar a todos la identidad, el valor y el significado profundo de institución vital para la Santa Sede y para toda la Iglesia católica, que responde al mandamiento de Jesús: «Id a todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura» (Marcos 16, 15). Ha merecido y merece el apoyo de todos los católicos y de quienes llevan en su corazón el bien del hombre y su desarrollo integral.

[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina]

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ZENIT Staff

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