Agencias humanitarias católicas en busca de una carta común de identidad

Primera cumbre mundial de agencias católicas de ayuda

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ROMA, 29 nov (ZENIT.org).- El 27 de noviembre pasado responsables de algunas de la agencias humanitarias católicas más representativas se congregaron en Roma para trabajar juntas, por primera vez en la historia, en la elaboración de una carta común de identidad.

Según explicó el arzobispo Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum», organismo vaticano que convocaba la reunión, se trata de una tarea urgente en un mundo en el que aumenta la confianza respecto a la Iglesia, al mismo tiempo que se pide especialización y eficacia.

La Iglesia católica es la institución que dirige en el mundo el mayor número de organizaciones y actividades dedicadas a la promoción integral y al desarrollo de la persona humana. Esta red humanitaria y de caridad cristiana tiene lugar gracias a la labor de misioneros, religiosos y religiosas, voluntarios, profesionales, etc.

Con esta iniciativa, continúa explicando monseñor Cordes, arzobispo alemán a quien el Papa le ha encomendado la promoción y coordinación de la actividad de ayuda y asistencia de la Iglesia, se han perseguido dos objetivos: «Se ha tratado sobre todo de iniciar una reflexión sobre la relación con la Iglesia y sobre cómo cultivar las raíces de la fe».

Y, en segundo lugar, se ha subrayado que «no debemos perder nuestra identidad de agencias católicas. En un mundo en el que muchos quieren hacer el bien, se puede correr el riesgo de hacerlo como lo hacen los otros».

Las organizaciones católicas se diferencian de las agencias filantrópicas por el hecho de que su acción se inspira directamente en los valores del Evangelio, aclara Cordes.

Desde estas premisas, se ha puesto en marcha una reflexión común, respetando las profundas diferencias que existen entre las diversas denominaciones de ayuda católica.

En el encuentro han participado la Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional (AVSI) de Italia, Secours Catholique de Francia, Deutscher Caritasverband de Alemania, Caritas Italia, Caritas Korea (CBCK), Caritas México, Caritas Polonia, Catholic Relief Services de Estados Unidos, Ayuda a la Iglesia Necesitada (sede central en Alemania y delegaciones en varios países), Manos Unidas (España), Misereor (Alemania), la Sociedad de San Vicente de Paúl y un representante de África.

Algunas tienen un elevado número de profesionales, como el «Catholic Relief Service», estadounidense, o «Misereor» de Alemania. Otras se basan únicamente en el voluntariado como la Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional. A medio camino, se encuentran las Caritas, en las que actúan tanto profesionales como voluntarios.

Algunas viven sólo de la generosidad de las personas privadas, como es el caso de «Ayuda a la Iglesia que sufre», otras organizaciones, sin embargo, pueden beneficiarse de ayudas estatales y en ocasiones colaboran con programas públicos de ayuda o desarrollo.

El cuadro es muy diferenciado pero, por primera vez, se ha tratado de hacer una reflexión común sobre la identidad cristiana y sobre su significado en el especial sector de la ayuda humanitaria. Kenneth Hackett, director ejecutivo del «Catholic Relief Service», ha explicado que las agencias reflejan planteamientos eclesiales diferentes: algunas están ligadas estrechamente a las conferencias episcopales, otras afiliadas o nacidas por iniciativa de un obispo o de un grupo de ellos, otras simplemente relacionadas con los episcopados.

La tarea sin embargo es única, como se ha constatado en el encuentro, dar testimonio de caridad cristiana en la lucha contra la miseria y encontrar respuestas a las nuevas emergencias.

«Alguna de las agencias que ha participado –ha precisado monseñor Cordes– ha contado que, en vista del encuentro, ha reunido por primera vez a los diversos dirigentes a nivel mundial, justamente para reflexionar sobre la propia identidad».

La reunión en Roma ha constituido un primer intercambio de experiencias, a partir de la presentación de las diversas agencias, hasta la búsqueda de una carta común de identidad. El paso siguiente consistirá en la reflexión sobre los elementos que han surgido, con vistas a un trabajo cada vez más coordinado y continuado con todas las instancias de la Santa Sede.

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ZENIT Staff

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