Agustinos: “China es uno de nuestros grandes desafíos”

Afirma el padre Francisco Javier Jiménez, prior provincial

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MADRID, jueves, 30 julio 2009 (ZENIT.org).- El recién elegido prior de la provincia de San Nicolás de Tolentino, de la Orden de los Agustinos Recoletos, el padre Francisco Javier Jiménez, ha declarado que uno de los grandes desafíos para esta familia religiosa es China.
 
En declaraciones publicadas en la página web de la Orden, el padre Jiménez declara que, entre las necesidades más urgentes, está «seguir consolidando las comunidades para que se puedan fortalecer la vida fraterna y la misión compartida; poder atender como se merecen y necesitan nuestros ministerios, especialmente los misionales; perseverar en el empeño por la formación permanente; seguir orando y trabajando por las vocaciones; cuidar con cariño y esmero a nuestros religiosos mayores y enfermos; abrir y compartir con los laicos nuestro carisma, nuestra espiritualidad, nuestra misión».
 
Señala que uno de los grandes desafíos de la provincia en el futuro inmediato es China: «China es un país inmenso y abierto a la esperanza. Hay síntomas alentadores: la venida de algunos frailes para formarse mejor en España, las vocaciones que continúan surgiendo, el mayor contacto y relación que podemos tener con ellos, la mayor libertad que poco a poco se va dejando notar. Pero las dificultades persisten y no es una tarea fácil. Si tenemos confianza es porque el Espíritu de Dios está actuando desde el inicio en la misión, manteniendo, promoviendo, suscitando, sorprendiendo».

«El capítulo –añade– ha ordenado crear un equipo de asesores que puedan ayudarnos a atender con mayor precisión y eficacia las necesidades cambiantes y crecientes de nuestra misión. Habrá que constituirlo en breve, para seguir muy atentos a la situación de nuestros religiosos en China. No de modo inmediato, pero habrá que comenzar a preparar también a algunos frailes en la lengua china, para que el futuro no nos sorprenda con las manos vacías».
 
Otro de los puntos fuertes de la provincia es el trabajo con emigrantes. ¿Por qué? «Es cierto que cada vez estamos más en contacto con los emigrantes –responde el padre Jiménez–, aunque no sé si ha sido algo pensado y planeado o ha ido surgiendo poco a poco, espontáneamente. Pero les dedicamos una atención especial en el Centro Guadalupe en New Jersey y en las parroquias de los Estados Unidos, en la Capellanía Latinoamericana en Londres, en las parroquias de Almería, en las parroquias de Madrid… Es un signo de los tiempos. Es una de las nuevas pobrezas, donde la vida religiosa tiene que estar presente. Nuestra provincia no puede aislarse ni sentirse indiferente ante esta exigente realidad. Queremos atenderla, porque Dios anda y vive entre los pobres».
 
Sobre el recién celebrado capítulo provincial, el nuevo padre prior destaca un objetivo prioritario «vida fraterna y misión compartida. En esto hemos de concentrarnos, poner nuestros ojos y nuestra dedicación, para conseguir asegurar, mantener y potenciar la vida fraterna de los frailes y para hacernos más capaces de compartir nuestra misión con los laicos de nuestros ministerios».

Y añade otros objetivos: «El cuidado de nuestros enfermos y ancianos ocupó un buen tiempo del capitulo, signo del interés y el aprecio que nos merecen. Tal vez haya llamado la atención la ordenación de contribuir con el 0,7 % de nuestros ingresos a los más desfavorecidos, que quiere poner de relieve nuestro compromiso con los pobres, nuestra opción por ellos».
 
Los mayores retos que tiene la provincia son «los mismos que tiene la vida religiosa en todo el mundo –responde el padre Jiménez–: cómo ofrecer hoy un testimonio válido, atractivo, claro, valiente y decidido del seguimiento de Jesús. Cómo seguir no sólo manteniendo, sino incrementando, actualizando con creatividad y coraje, el testimonio misionero y la atención pastoral, ahora que somos menos, mayores, más cansados, enfermos y ancianos. Ver cuáles deben ser las prioridades para centrar en ellas nuestro esfuerzo y atención preferente. Continuar la tarea de la renovación, de la conversión, de la formación permanente».
 
Oro reto a afrontar son las vocaciones: «La realidad es que en la actualidad, si nos fijamos en los profesos simples, la mayoría de las vocaciones nuestras provienen de México (13), de Costa Rica (5), de Brasil (5), de China (4)… España, desde hace años, ha dejado de ser una tierra fecunda para pasar a convertirse en un terreno yermo. El año pasado se ordenó sacerdote el último español, pero en el horizonte inmediato no hay brotes verdes que nos hagan vislumbrar un futuro halagüeño».
 
Respecto a los laicos el padre Jiménez piensa que hay «un déficit o un retraso notable en este campo». «Creo que es el momento de dar un paso adelante –añade–. En los colegios se va a hacer ya de inmediato. No podemos ni queremos esperar más. No es por necesidad, pues todavía podríamos seguir tirando de los frailes unos años más. Es por convicción, porque queremos sumar, multiplicar, compartir con ellos nuestro espíritu y nuestra misión. Pero lo mismo hay que empezar a hacer en las parroquias. No necesitamos monaguillos. Necesitamos colaboradores, necesitamos fiarnos, confiar, dejar hacer, apoyar, dar responsabilidad y protagonismo a los laicos que quieren y pueden ayudarnos».
 

Los Agustinos Recoletos son una orden religiosa formada hoy por cerca de 1.200 religiosos, que viven los votos de pobreza, castidad y obediencia según el carisma de san Agustín (354-430) y la intensidad propia de la Recolección, movimiento de interioridad y radicalidad evangélica.

La Orden está formada por religiosos sacerdotes y religiosos hermanos; todos ellos viven su vocación, comparten la vida fraterna en la comunidad y tienen una misión que realizar.

Las 205 comunidades que componen la Orden de Agustinos Recoletos están distribuidas en 19 naciones: España (39), Brasil (28), Colombia (21), México (18), Estados Unidos (15), Filipinas (14), Venezuela (14), Perú (9), Panamá (8), Argentina (7), Costa Rica (6), Reino Unido (6), República Dominicana (4), Guatemala (4), Italia (3), Taiwan (3), Chile (2), China (2) y Sierra Leona (2).

La orden está compuesta por la Curia General, con sede en Roma, y ocho provincias, una de las cuales es la de San Nicolás de Tolentino.

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ZENIT Staff

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