Al bendecir la antorcha olímpica, el Papa destaca el valor de la paz

La llama de los Juegos Olímpicos de Invierno 2006 que se celebrarán en Turín

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 8 diciembre 2005 (ZENIT.org).- Al bendecir este jueves la antorcha de los Juegos Olímpicos de Invierno 2006, Benedicto XVI destacó el valor de la paz y de la fraternidad que puede promover el deporte.

El fuego olímpico fue llevado a la plaza de San Pedro del Vaticano por un guardia suizo, Anton Kappler, y por un agente de la gendarmería vaticana Luca De Leo, mientras el Pontífice lo bendijo desde el balcón de su estudio, al término de la misa del Ángelus por el día de la Inmaculada Concepción.

«Con gusto bendigo a la antorcha olímpica que hoy pasa por Roma en su itinerario hacia Turín, sede de los próximos Juegos Olímpicos Invernales», reconoció el Papa con una sonrisa.

«Que esta llama recuerde a todos los valores de la paz y de la fraternidad que constituyen el fundamento de las Olimpiadas», dijo el Papa después de rezar el Ángelus.

La llama olímpica ha comenzado su recorrido por Italia hasta llegar a la sede de los juegos olímpicos que se celebrarán en febrero.

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ZENIT Staff

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