Alarma del episcopado de África Austral por el tráfico sexual de mujeres y niños

El tema, junto a la situación sociopolítica sudafricana, se ha tratado en su Asamblea Plenaria

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PRETORIA, viernes, 3 febrero 2006 (ZENIT.org).- Con «aguda preocupación» e iniciativas de solución ha reaccionado la Conferencia Episcopal de Sudáfrica (SACBC) visto que los países de su territorio –Botswana, Sudáfrica y Swazilandia— «no están libres del tráfico internacional de mujeres y niños, particularmente para el comercio sexual».

Los prelados católicos han recordado este drama entre los cuatro documentos que, sobre los temas analizados, han difundido al término de la Asamblea Plenaria que clausuraron el miércoles en Pretoria.

Consideran que el «tráfico de los vulnerables» reclama un cambio de mentalidad, pues no se le podrá hacer frente «hasta que mujeres y niños sean tratados no como bienes o posesiones que pueden ser compradas, usadas y vendidas, sino como personas únicas y de valor».

«Como pastores, reconocemos con gratitud a las Iglesias y a las ONG de todo África que han hecho de este tema una prioridad –escriben–. Les damos las gracias por proporcionar acogida y seguridad a las mujeres y los niños vulnerables».

Igualmente los prelados se «comprometen, junto a la Conferencia de los Institutos de Vida Consagrada, a apoyar más aún las iniciativas orientadas a atajar este problema». Por ello la SACBC establecerá una oficina en su propia sede de Pretoria para tratar el asunto del «Tráfico humano», la cual buscará además formar una red con otras agencias y servirá de presión para «la criminalización» del fenómeno.

«Hacemos un llamamiento una vez más a hombres y mujeres para recordar que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Ninguna persona tiene derecho a comprar, usar o vender a otra», advierten.

Sudáfrica: voto a precio de sangre
En su encuentro los prelados han reconocido igualmente entre sus preocupaciones la situación social de Sudáfrica, que afronta las elecciones de gobiernos locales, y alientan «a todos los católicos y recuerdan a toda la gente que el voto no es una recompensa al partido dirigente, sino una participación personal en la democracia».

«Nuestro voto es un derecho precioso, comprado con sangre –recuerdan–. Invitamos a todos a considerar cuidadosamente quién quieren que dirija sus municipios o consejos locales».

Y es que, pasada más de una década del fin del apartheid [segregación racial, especialmente la que sucedió en Sudáfrica por parte de la minoría blanca. Ndr], los obispos advierten que Sudáfrica está frente a una «nueva encrucijada de la historia».
«¿Tiene el Estado derecho a definir el matrimonio?»
Con este interrogante encabeza el episcopado sudafricano además una declaración sobre las uniones del mismo sexo, en la que continúan expresado «su oposición a la decisión de la Corte Constitucional que ordena al Parlamento que modifique la definición civil del matrimonio para excluir el género».

Se cuestionan los prelados el derecho de estas instancias a cambiar la definición del matrimonio, dado que «es una institución basada en la naturaleza».

Consideran igualmente que el pronunciamiento judicial «ignora las costumbres tradicionales, las creencias religiosas y la sensibilidad moral de la mayoría» de la nación.

Para la Iglesia católica, el matrimonio es la unión exclusiva y permanente de un hombre con una mujer en el amor mutuo y el respeto, abierta a la procreación.

Tras recordar esta realidad, los obispos recalcan que el matrimonio tiene un «significado vital» para muchos cristianos y gente de buena voluntad. «El matrimonio no puede incluir la posibilidad de uniones del mismo sexo», advierten.

2006: Año del docente
Problemas sociales como los que ha mencionado ya la SACBC, «especialmente el Sida, la pobreza y el abuso de menores», «hacen la labor docente más difícil y requieren» de los profesores, aparte de sus tareas educativas, que sean «trabajadores sociales, consejeros», etc., reconocen los prelados.

Conscientes de que la profesión de la enseñanza es el fundamento de toda profesión, los prelados sudafricanos anuncian «con gran orgullo» la proclamación de 2006 como «Año del Cuidado del Docente».

Y es que ante los signos de tensión que padece la docencia, sin olvidar que no es una profesión altamente remunerada, «estamos llamados a cuidar de nuestros maestros», dada la importancia de su misión, reconocen los prelados africanos.

«Los niños que son bien formados por maestros competentes y fieles desde su edad temprana, no perderán el fundamento o el deseo de desarrollar sus vidas», reconocen.

Recuerdan los prelados que «Maestro» «es el nombre con el que Jesús es llamado más a menudo en el Evangelio. Él es el modelo para todos los maestros».

Durante todo el año los obispos sudafricanos señalan que en escuelas, parroquias y diócesis se alentará a «reconocer, respetar, honrar y celebrar la dedicación y compromiso de los maestros», a la vez que aquellos expresan también su agradecimiento por la dedicación y duro trabajo de la labor docente.

[La Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos pone a disposición del internatuta los cuatro documentos de la SACBC –en inglés– a través de la web de «Fides»: www.fides. org].

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ZENIT Staff

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