Alarma en Sri Lanka tras el ataque a la comunidad católica de Anuradhapura

Extremistas incendiaron una iglesia en Pulasthigama y maltrataron a dos jóvenes católicos

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COLOMBO, jueves, 21 julio 2005 (ZENIT.org).- La agencia misionera de la Santa Sede se hace eco de la alarma que ha cundido en la Iglesia católica de Sri Lanka tras el saqueo e incendio perpetrado el sábado en una iglesia en la diócesis de Anuradhapura -en el centro-norte de la isla del subcontinente indio-, importante punto budista del sudeste asiático.

Las primeras investigaciones de la policía apuntan a que los responsables son fanáticos extremistas budistas que están difundiendo intolerancia y sembrando actos de violencia anticristiana en todo el país, aclara «Fides».

En este clima, el Parlamento cingalés podría examinar y votar en breve dos proyectos de ley restrictivos de las conversiones religiosas (Cf. Zenit, 10 mayo 2005) añadiendo más perturbación a la situación.

El obispo de la diócesis de Anuradhapura, monseñor Norbert Andradi, confirmó el miércoles el ataque y destrucción de la iglesia católica «Holy Cross» en la localidad de Pulasthigama.

«Es la primera vez que en nuestra diócesis se registra un ataque premeditado contra una iglesia católica. Estamos verdaderamente impresionados. La gente tiene miedo y se pregunta qué pudo desencadenar esta violencia», reconoce el prelado.

«En el momento del ataque, cometido en pleno día, en la iglesia había dos muchachos católicos orando. De imprevisto un grupo de hombres con el rostro cubierto irrumpieron en el lugar y empezaron a devastarlo todo. También el altar mayor de la iglesia y el crucifijo fueron destruidos, mientras que los dos chavales fueron maltratados; éstos lograron huir», relata.

«Al final del saqueo, los criminales prendieron fuego -añade-. Algunas familias cristianas de la zona llegaron a darse cuenta para apagarlo, pero la iglesia se ha quedado en sus cimientos».

Sobre los razones de este ataque, el obispo Andradi reflexiona en «Fides»: «No hay motivos comprensibles. Sólo un sentimiento anti-cristiano que se está difundiendo en el país relacionado con la cuestión de las conversiones religiosas. En otras zonas de Sri Lanka han sido atacadas iglesias de denominaciones protestantes, pero frecuentemente es la Iglesia católica la que paga más las consecuencias de esta injusta violencia».

El prelado afirma haber escrito cartas informando del grave incidente a las autoridades civiles y a los líderes budistas, que han expresado su cercanía condenando el episodio.

«Mientras, la gente se ha reunido en oración -sigue- y en los próximos días tenemos intención de organizar una manifestación pública, pacífica, para expresar nuestra contrariedad hacia esta violencia y nuestra voluntad de construir armonía y paz social. Los cristianos no se dejarán involucrar en venganzas, sino que desean diálogo y paz».

12.500 católicos tiene la diócesis de Anuradhapura, cuyo territorio está habitado por 1,4 millones de personas, en su mayoría budistas.

La ciudad de Anuradhapura es la antigua capital de Sri Lanka y uno de los mayores centros del culto budista en el sudeste asiático: se sitúa en torno al lugar en que, según la tradición, Buda tuvo las «tres iluminaciones», y por lo tanto está considerada como ciudad sagrada.

En la diócesis la convivencia entre budistas y cristianos siempre ha sido pacífica: ambas comunidades incluso colaboraron activamente para la reconciliación en los años de la guerra civil.

La Constitución de Sri Lanka reconoce al budismo una posición relevante, pero garantiza a los fieles de otras confesiones el derecho a practicar la propia fe libremente. En el país, de una población de casi 20 millones de habitantes el 70% es budista, el 15% hinduista, el 8% cristiana (de ésta, el 6,7% es católica) y el 7% es musulmana.

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ZENIT Staff

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