CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 29 septiembre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha recibido con gran alegría la noticia de la liberación este martes de las dos cooperantes italianas secuestradas en Irak.
Se trata de Simona Pari y Simona Torretta, quienes habían sido tomadas como rehenes el 7 de septiembre en Bagdad
«El Papa ha recibido con gran alegría la noticia de la liberación de las dos voluntarias italianas», reconoció en la tarde de este martes Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede.
«Su pensamiento se ha dirigido también a las familias y con ellas y junto a todas las personas de buena voluntad da gracias a Dios por este gesto de humanidad», añadió el director de la Oficina de Información de la Santa Sede.
Las dos muchachas que trabajaban para la organización no gubernamental «Un puente para…» se dedicaban a la asistencia de la población en la capital, en particular de los niños.
El obispo auxiliar del patriarcado caldeo en Bagdad, monseñor Shlemon Warduni, también ha manifestado su alegría por la liberación de las voluntarias, pero al mismo tiempo ha manifestado su preocupación por lo que está ocurriendo en su país.
«La liberación de estos rehenes [junto a las dos italianas han sido liberados sus dos compañeros de cautiverio iraquíes, un hombre y una mujer] es una grande alegría para todos. Las oraciones de los niños han tenido su efecto y las han salvado», considera el prelado.
«Ahora seguimos rezando para que sean liberados todos los rehenes, que son decenas y decenas de personas secuestradas por razones políticas o económicas con el objetivo de cobrar un rescate», afirma en declaraciones a «Radio Vaticano».
«Y obviamente rezamos para que se alcance la paz en Irak», concluye.
