Alegría en Bélgica por la próxima canonización del "apóstol de los leprosos"

El cardenal Danneels destaca la «gran personalidad» del beato Damián de Molokai

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 BRUSELAS, miércoles 25 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- El cardenal Godfried Danneels, arzobispo de Malinas-Bruselas, ha mostrado, en declaraciones a la agencia católica belga Cathobel su «gran alegría y orgullo» por la próxima canonización del padre Damián de Molokai.

El padre Damián, cuyo nombre de pila era Josef de Veuster, fue beatificado el 4 de junio de 1995 por el Papa Juan Pablo II, y 13 años más tarde, el 3 de julio de 2008, la Congregación para la Causa de los Santos anunció la aprobación, por parte de Benedicto XVI, su próxima canonización. En el consistorio del pasado 21 de febrero se fijó la fecha de la ceremonia, para el próximo 11 de octubre.

El cardenal Danneels ha anunciado ya su viaje a Roma para la canonización: «Este anuncio me llena de orgullo y de alegría. Como obispo del lugar en que nació el padre Damián, es evidente que acudiré a San Pedro», afirmó.

El purpurado subrayó dos aspectos que hacen único este acontecimiento: por un lado, «el padre Damián es el primer santo originario de nuestra diócesis después de san Jean Berchmans, en el siglo XVI».

Por otro lado, añadió, «el futuro santo tenía una personalidad fuera de lo común. Se hizo misionero no por elección suya, sino por sustituir a su hermano enfermo. Una vez llegado a Hawai, pidió ponerse al servicio de los leprosos de Molokai, cuyas condiciones de salud les impedían toda vida social. Eligió vivir en medio de ellos y acabó contaminándose a su vez. En aquella época, la lepra era una enfermedad mortal. Sin embargo, el padre Damián afrontó su destino con esperanza. El mismo se ofreció para que se probaran en su persona diferentes tipos de tratamientos médicos».

«Cuando me preguntan de quién podría ser patrón el padre Damián, yo contesto: de todas las personas que continúan esperando contra toda esperanza, y que perseveran cueste lo que cueste. Esto es lo que nos enseña la vida», dijo el cardenal Danneels.

También el padre Fritz Gorissen, superior de la provincia flamenca de los Sagrados Corazones de Jesús y María (PICPUS), a la que pertenecía el nuevo santo, declaró a KerkNet que esta canonización «es una confirmación de lo que el padre Damián representa, razón por la que se le ha llamado ‘el belga más grande'».

«Estas palabras del padre Damián son muy significativas: Sin mi fe, me hubiera sido imposible hacer lo que hice. La fe fue fundamental para el padre Damián. Era la razón de su obra. Esto es muy importante, porque muestra que las personas son más capaces de lo que creen si tienen confianza y se saben sostenidos por la fe».

Sobre la vocación del padre Damián, afirmó: «Nosotros hablamos de una vocación en la vocación. El padre Damián partió como misionero en lugar de su hermano enfermo, Pamfiel, por nueve años misionero en Hawaii. Su vocación particular, la ‘vocación dentro de la vocación’, comenzó allí, cuando partió a Molokai para cuidar a los leprosos».

La canonización se celebrará en Bruselas y en Lovaina, explicó el padre Gorissen: «Está prevista una fiesta popular y todos los obispos belgas quieren realizar una celebración nacional en los dos idiomas en Bruselas, seguramente en la basílica de Koekelberg».

Respecto a los catos previstos por la Congregación, el superior afirmó que está previsto celebrarla en Lovaina, donde se encuentra la tumba del santo. «Tenemos previsto reunir a todas las instituciones y organizaciones que llevan el nombre del padre Damián», explicó.

Por otro lado, se ha tomado la decisión de ceder a la diócesis de Honolulu (Hawaii) una reliquia de la tumba del padre Damián, un pequeño hueso del pie. La propia diócesis hawaiana lo pidió a través de la Santa Sede a los obispos belgas.

[Traducción del original en francés por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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