Alemania: Las Iglesias analizan la cuestión de los «esclavos» de Hitler

En muchos casos, sacerdotes católicos les defendieron de la Gestapo

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BERLIN, 20 julio (ZENIT.org).- Una vez concluido el capítulo de la indemnización del gobierno de Berlín y de unas tres mil empresas alemanas a las personas que habían sido obligadas a trabajar por la fuerza en tiempos del nazismo, se abre ahora un nuevo «frente»: la utilización de obreros forzados por parte de las Iglesias del país.

En los últimos días el tema ha ido cobrando actualidad y ya ha producido las primeras consecuencias prácticas: la Iglesia católica ha emprendido una investigación y la Iglesia luterana alemana ofrecerá al fondo colectivo una contribución de unos cinco millones de dólares.

La decisión fue tomada por las autoridades religiosas luteranas después de que las investigaciones históricas revelaran que, especialmente en los últimos años de la guerra, hospitales y obras asistenciales luteranas recurrieron a las oficinas de empleo de la región para poder contar con obreros forzados. Harald Jenner, histórico encargado de la investigación por encargo de la «Diakonie» (organización luterana equivalente a la Caritas), ha encontrado centenares de cartas en los archivos y oficinas eclesiales. Se trata de pruebas que demuestran la utilización de «esclavos» del nazismo, aunque ciertamente con objetivos caritativos: la asistencia a enfermos, ancianos, inválidos…

«La utilización de obreros forzados –se puede leer en una declaración conjunta de la «Diakonie» y de la Iglesia luterana alemana– representa la participación en un sistema de opresión y de injusticia, nosotros reconocemos esta culpa».

¿Y la Iglesia católica? Por el momento, según ha declarado al diario «Avvenire» el portavoz de la Conferencia Episcopal Alemana, Rudolf Hammerschmidt, no ha previsto ningún tipo de pago colectivo, más bien se analizarán las situaciones una por una. Sólo se sabe que fueron utilizados trabajadores forzados en tres cementerios católicos de Berlín. Para profundizar esta cuestión, la arquidiócesis de Berlín ha nombrado a un grupo de trabajo, presidido por el vicario general Roland Steinke. Al final del verano se podrían ofrecer los primeros resultados, aunque no será nada fácil, pues en los bombardeos que tuvieron lugar en 1943 y en 1945, se destruyo gran parte del archivo diocesano.

La Conferencia Episcopal ha exhortado a todas las diócesis del país a investigar a fondo en sus propios archivos. Si las investigaciones demuestran que las instituciones católicas utilizaron este tipo de mano de obra, la Iglesia católica estudiará la manera en que resarcirá a los interesados o sus familias.

Es interesante señalar que la cuestión de los «esclavos» ha servido para demostrar la labor de ayuda que realizó la Iglesia a favor de las víctimas del nazismo: varios de los informes de la Gestapo (la temible policía secreta del Tercer Reich) revelan el nombre de sacerdotes católicos que se atrevieron a protestar abiertamente contra las condiciones de vida de los trabajadores forzados.

«Muchos de ellos –dice el historiador Christoph Köster– acabaron en la cárcel o incluso en campos de concentración».

Los archivos de las SS contienen, además, durísimas cartas contra la arquidiócesis de Berlín por sus protestas contra las condiciones de los trabajadores forzados.

«En casi todas las fuentes de las que tenemos posesión –afirma Köster– la Iglesia católica más que «beneficiaria» de los trabajadores forzados, aparece como una institución que trató de defenderles».

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ZENIT Staff

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