Amad a María, «dulcísima Madre»: consejo del Papa a los Hijos e Hijas de la Cruz

En la audiencia se encontraba el amigo de juventud de Wojtyla, el cardenal Deskur

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 13 diciembre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II invitó este lunes a los miembros de la Fraternidad de los Hijos y de las Hijas de la Cruz, nueva realidad eclesial, a amar María pues Cristo desde la Cruz la entregó a los cristianos como «dulcísima Madre».

Entre los presentes en la audiencia se encontraba el cardenal Andrzej Maria Deskur, de ochenta años de edad, presidente emérito del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, amigo de Karol Wojtyla desde los años de clandestinidad bajo el nazismo en los que eran compañeros en el seminario de Cracovia.

Dos días después de ser elegido Papa (el 18 de octubre de 1978), Juan Pablo II abandonó el Vaticano para ir a visitar al hospital al obispo Deskur, pues tres días antes, había sufrido un ataque de parálisis. Desde entonces vive en una silla de ruedas, desbordante de humor.

El cardenal ha acompañado con sus consejos y testimonio el nacimiento de los Hijos de la Cruz, cuya fraternidad sacerdotal tiene por moderador a monseñor Giacomo Martinelli, delegado de la Academia Pontificia de la Inmaculada, cuyo presidente es también el cardenal Deskur.

Al dirigirse a sus huéspedes, Juan Pablo II recordó que su espiritualidad está «impregnada de devoción y amor a la Virgen Madre de Dios».

«Amad a la Virgen a la que estáis totalmente consagrados y sed como ella fieles discípulos de Cristo», afirmó.

«Servid a la Iglesia con entusiasmo, cultivando la unidad y la plena sintonía con los pastores de las comunidades cristianas a las que ofrecéis vuestra cooperación pastoral», subrayó.

«De este modo seréis eficaces testigos de quien desde lo alto de la Cruz nos ha encomendado como hijos a su dulcísima Madre», subrayó.

«Que la Inmaculada siga guiando vuestros pasos y os haga cada vez más conformes a Jesús que, a quien en unos días contemplaremos como Niño en el misterio de la Santa Navidad», concluyó.

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ZENIT Staff

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