ROMA, 17 junio 2002 (ZENIT.org).-Los misioneros capuchinos en Angola han dado la voz de alarma sobre la situación de miles de personas que corren el riesgo de morir de hambre, según informa la agencia misionera Misna.
«Se agrava cada día la situación de miles de civiles, reducidos a la miseria y sin ninguna forma de asistencia sanitaria en Angola –declaró el padre Giovanni Lazzara, portavoz de los misioneros capuchinos–. En algunas partes del martirizado país africano, la malnutrición total afecta a más del 50% de la población».
Explicó el religioso que hay algunas zonas, hasta hace algunos meses teatro de sangrientos combates, a las que todavía no han llegado las agencias humanitarias.
«En ausencia de intervenciones internacionales a tiempo, la situación corre el riesgo de hacerse todavía mas dramática», explicó el padre Lazzara. El drama afecta también a los refugiados angoleños presentes todavía en Zambia y que el padre Vicente Kiaziku, definidor general de la orden capuchina ha visitado en estos días.
«Estos prófugos están desesperados. Se trata de hombres, mujeres, ancianos y niños que tienen extrema necesidad de asistencia y están viviendo en condiciones inhumanas», concluyó el padre Lazzara.
Este año se ha concluido la larga guerra civil angoleña entre el Ejército gubernamental y los rebeldes de la UNITA (Unión para la Independencia Total de Angola).
