Ante la crisis argentina, el episcopado convoca un Congreso Eucarístico

Conclusiones de la 85ª Asamblea Plenaria

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SAN MIGUEL, 1 junio 2003 (ZENIT.orgAica).- La Conferencia Episcopal Argentina convocó este sábado el X Congreso Eucarístico Nacional, que se llevará a cabo del 2 al 5 de setiembre del 2004, en la ciudad de Corrientes, como una oportunidad de conversión y redescubrimiento de los auténticos valores.

En el texto difundido al clausurar la Asamblea, que desde el lunes deliberó en la casa de ejercicios María Auxiliadora, de San Miguel, los obispos trazan un diagnóstico de los padecimientos que sufrieron los argentinos en los últimos años y calificaron de «inexplicable, como lo hemos afirmado en frecuentes reflexiones y exhortaciones pastorales, que una tierra tan bendecida por Dios como la nuestra albergue tanta pobreza y marginalidad».

Tras indicar que «preocupa a la mayoría de los ciudadanos el desgaste que afecta a las instituciones de la República, el debilitamiento de los vínculos sociales y la frustración de tantas esperanzas», los prelados aseguran que «no atribuimos la crisis a la incapacidad intelectual de sus hombres y mujeres, sino a un bajo aprecio de los valores morales que, sin duda, desacreditó la actividad política y atentó gravemente contra el orden social y la convivencia».

Por este motivo, el Episcopado recordó que «es el momento de la conversión de los ídolos al Dios verdadero» y propuso al Congreso Eucarístico como un «espacio, más espiritual que geográfico, para que nuestros compatriotas puedan reencontrarse con los valores que han dado origen a su identidad como nación».

Su objetivo será, afirman los obispos «manifestar nuestro amor a Jesucristo, reconocerlo solemnemente como Señor de la historia y rogarle por las necesidades del mundo y de nuestro pueblo».

«El Congreso Eucarístico –subraya el comunicado– constituye la ocasión providencial para rehacer vínculos de fraternidad desde voluntades renovadas y purificadas por la conversión y la penitencia. La presencia viva de Cristo produce cambios profundos en los corazones y en las conductas. Con un porcentaje tan alto de bautizados como se da en el pueblo argentino, se requerirán cambios significativos que marquen un antes y un después; el fin de una etapa, inexplicable desde los valores cristianos y el comienzo de otra fiel a Cristo y a su palabra».

El plenario episcopal presentó, asimismo, un resumen –de un trabajo de más de 30 páginas que se publicarán en dos o tres semanas– de sus renovadas Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, tituladas «Navega mar adentro», en las que se hace hincapié en tres ejes de acción: «La comunión, la misión y el servicio».

Este documento, según los obispos, tendrá que «orientar una nueva etapa en la evangelización de la Argentina mediante una acción pastoral más orgánica, renovada y eficaz, procurando que todo miembro del Pueblo de Dios, toda comunidad cristiana, todo decanato, toda parroquia, asociación o movimiento, se inserten activamente en la pastoral orgánica de cada diócesis».

El cuerpo colegiado asumió, además, como propia la homilía que pronunció el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, delante del presidente Néstor Kirchner durante el Tedéum del 25 de Mayo, en la Catedral Metropolitana.

En esa reflexión, el purpurado porteño instaba a las nuevas autoridades a «ponerse la patria al hombro» y advertía sobre la todavía latente amenaza de «disolución nacional» como consecuencia de la «fragilidad» de los más pobres, las instituciones y los vínculos sociales.

Los obispos eligieron como nuevo secretario general del Episcopado a monseñor Sergio Fenoy, obispo auxiliar de Rosario, ya que el actual, monseñor Guillermo Rodríguez-Melgarejo renunció al ser designado este viernes como obispo de San Martín.

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ZENIT Staff

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