Ante los múltiples conflictos en África, es necesaria la mediación de la Iglesia

Conflicto y reconciliación, temas claves en las intervenciones de esta mañana en el Sínodo

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CIUDAD DEL VATICANO, martes 6 de octubre de 2008 (ZENIT.org) Por ser el sínodo de África dedicado a la Reconciliación, temas como la solución del conflicto salieron a colación esta mañana, durante los informes que han presentado los obispos en el segundo día académico del Sínodo de Obispos.

Fueron 18 las intervenciones de los prelados de diferentes países del continente africano quienes mostraron su preocupación por los diferentes rostros del conflicto en este continente, y lanzaron propuestas para intensificar la labor de los agentes pastorales en materia de reconciliación.

Para el cardenal Polycarp Pengo, arzobispo de Dar-es-Salaam y presidente del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar, es urgente que las cuestiones de conflicto “sean afrontadas valientemente y acompañadas de directivas pastorales. El conflicto aflige hoy al continente destruyendo su tejido moral”.

El prelado expresó su preocupación porque en el conflicto se ven envueltos también “muchos pastores” y los exhortó a “ser valientes en denunciar el abuso del poder, el tecnocentrismo, etc”.

De otro lado monseñor Fidèle Agbathci, arzobispo de Parakou (Benín) aseguró que la raíz del conflicto en parte se centra en las divisiones familiares, así como las tensiones étnicas que minan la unidad continental.

“África tiene miedo y vive del miedo”, dijo. Aseguró que junto con la desconfianza y la agresión aparecen consuelos distorsionados como la “adivinación” y el “sincretismo” que van minando la búsqueda de Dios, por lo que aseguró que se hace urgente una “difusión más iluminadora de la luz de Cristo”

Por su parte monseñor Simon- Victor Tonyè Bakit, arzobispo de Yaoundé y Presidente de la Conferencia Episcopal de Camerún, lamentó cómo los diferentes credos dentro del cristianismo en su país necesitan reconciliarse entre ellos. “Están en la Iglesia, no se hablan, no de dan el signo de la paz”, algo que refleja un “testimonio contrario”, para lo cual recomendó una catequesis adecuada en el tema del perdón.

Mientras tanto, las nuevas dictaduras son las que más preocupan al cardenal Emmanuel Wamala, arzobispo emérito de Kampala (Uganda), pese a que en teoría el régimen dictatorial terminó hace ya tiempo en su país. Pero indicó que las nuevas imposiciones son “iguales o quizás peores que las primeras”.

Denunció el purpurado que estos no aplican en los principios democráticos. Y aseguró que en Uganda, los líderes sin principios son los principales causantes del conflicto. Para ello, dijo, es necesaria “una Iglesia que regrese al concepto de iglesia – familia, donde también las escuelas tengan un papel en la formación”.

Igualmente, monseñor Jean-Noël Diouf, obispo de Tambacounda, y presidente de la Conferencia Episcopal de Senegal, dijo que en su país se está reflexionando continuamente sobre el sacramento de la penitencia y la necesidad de incluir la reconciliación en las liturgias católicas

Señaló que la causa de tantas rupturas en su país se debe especialmente al contexto cultural y la falta de identidad que condiciona al desequilibrio interior de las personas, y que lleva a consecuencias como el materialismo, la corrupción y los atentados contra las familias, así como la pérdida de valores y el empobrecimiento de la identidad cultural africana.

De otro lado, para monseñor Giorgio Bertin O.F.M., obispo de Djibouti, administrador Apostólico «ad nutum Sanctæ Sedis» de Mogadiscio (Somalia), la principal preocupación de la Iglesia en su país está en la persecución religiosa que aún se vive, tanto de católicos como de protestantes.

Indicó que en Somalia se realizan continuamente reflexiones sobre la memoria de quienes han dado la vida por la evangelización en su país.

Por su parte monseñor Jean Mbarga, obispo de Ebolowa en Camerún resaltó el papel de la Iglesia como principal mediadora de la reconciliación para lo cual es necesario “una Iglesia que dé testimonio de la vida evangélica en la igualdad social ante las etnias que se enfrentan entre ellas”.

Frente a la constante violación de los Derechos Humanos la Iglesia debe tener “palabras de aliento” inspiradas en los “verdaderos valores de la dignidad del hombre”.

[Por Carmen Elena Villa]

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ZENIT Staff

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