CIUDAD DEL VATICANO, martes, 23 marzo 2004 (ZENIT.org).- Las sombras de la pobreza, la injusticia y el secularismo que se ciernen sobre la sociedad contemporánea constituyen un llamamiento a la proclamación «atrevida» de Cristo, afirma Juan pablo II.
Este es el mensaje que ha dejado al recibir este martes en el Vaticano a las participantes en el Capítulo General de las Hermanas Misioneras del Apostolado Católico, fundadas por san Vicente Pallotti (1795-1850).
«En un mundo en el que las sombras de pobreza, injusticia y secularismo se ciernen sobre todos los continentes, es más urgente que nunca la necesidad de auténticos discípulos de Jesucristo», afirma el Papa en el mensaje que les entregó en inglés.
«Precisamente el testimonio del Evangelio de Cristo disipa la oscuridad e ilumina el camino de la paz, fomentando la esperanza en los corazones de las personas más marginadas y abatidas», añade el Santo Padre en su misiva, dirigida a la superiora general de la congregación, Stella Oliz.
«Los hombres y mujeres de diversas religiones, culturas y grupos sociales que encontréis, que buscan el sentido y la dignidad de sus vidas, nunca podrán satisfacer sus aspiraciones con una vaga religiosidad», reconoce.
«Sólo con la fidelidad alegre a Cristo y con una atrevida proclamación de Él como Señor –un testimonio arraigado en su mandamiento de ir y hacer discípulos a todas las gentes– podréis ayudar a los demás a conocerle a él. Y al hacerlo, experimentaréis la plena belleza y fecundidad de vuestra vocación misionera», asegura.
«Este testimonio exige que vosotras en primer lugar contempléis el rostro de Cristo –afirma el Papa–. Vuestros programas de formación inicial y permanente deben ayudar a todas las hermanas a conformarse totalmente a Cristo y a su amor del Padre».
«Cuanto más se vive en Cristo, mejor se sirve a Cristo en los demás, llegando incluso a los lugares más lejanos para realizar la misión y afrontando los mayores desafíos», afirma el Papa.
«Basadas en este amor apremiante de Cristo, no podréis dejar de hablar de este manantial de esperanza y alegría que alentó vuestra primera respuesta a la llamada del Señor y que ha seguido fortaleciéndoos en la vida del servicio apostólico a los demás».
El capítulo general de las Missionary Sisters of the Catholic Apostolate tiene por tema «Reavivar vuestro primer amor; responder a los desafíos actuales». La congregación se compone de 658 religiosas y novicias, esparcidas en 81 casas por todo el mundo.
