Aparecida 2 años después: tomando el pulso a la Iglesia en América Latina

XXXII Asamblea Ordinaria del CELAM

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MANAGUA, jueves, 14 mayo 2009 (ZENIT.org).- Se está celebrando en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Fátima de Managua, Nicaragua, la XXXII Asamblea Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), a la que asisten los directivos del CELAM, los presidentes de departamentos y directores de los centros, así como los presidentes de las conferencias episcopales.
 
El objetivo de la Asamblea es presentar el informe de gestión del bienio 2007-2009, de los Departamentos, Centros de Formación y Publicaciones del CELAM, informa el Departamento de Comunicación del CELAM.
 
Monseñor Leopoldo José  Brenes Solórzano, arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, dio un saludo de bienvenida como anfitrión. Recordó las palabras del cardenal Re, que decía: «América Latina cuenta con un Episcopado hermoso» y enfatizó que en América Latina los obispos no son islas, pues se ha logrado crecer e la amistad.
 
Seguidamente el cardenal Giovanni Batista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, expresó en su discurso el deseo ferviente de que este trabajo del CELAM, sea cada vez más fructífero.
 
Recordó que Aparecida «se ha convertido en faro que ha venido a iluminar y llenar de entusiasmo el impulso evangelizador de este continente que ha de formar auténticos discípulos misioneros de Cristo, que transmitan la vida que brota del Salvador».
 
El cardenal Re, manifestó que en esta época vivimos una crisis «que envuelve todas las esferas de la existencia humana, problemas económicos, políticos y sociales, que coloca una multitud enorme de nuestra gente en situación de angustiosa búsqueda de lo más elemental para su subsistencia. Estamos asediados por la pérdida de valores rodeados por ideologías que intentan erradicar lo más precioso de nuestra experiencia de vida, la fe y la certeza de un Dios amor que ha venido a salvarnos y mostrarnos el camino para la verdadera vida».
 
Enfatizó que América Latina no se escapa de la avalancha de secularización, que el Papa Benedicto XVI, llamó «dictadura del relativismo». Pero esta realidad, mencionó el purpurado, «no debe desanimarnos, no dar pie a la desesperanza, sino que debe impulsarnos a un compromiso más serio, para ofrecer la esperanza y la alegría que brota del evangelio».
 
En estos dos últimos años –agregó el Cardenal Re–, «he tenido la ocasión de vivir el entusiasmo con que están tratando de poner en práctica, las conclusiones de Aparecida y la manera como se está asumiendo en cada diócesis, la Misión Continental. América Latina, en estado permanente de misión para hacer de los bautizados verdaderos discípulos, que vivan, testimonien y transmitan esa presencia de Dios, en sus vidas».
 
Para cerrar este acto de apertura, monseñor Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida y presidente del CELAM, dijo: «Aquí estamos los obispos llamados a ser testigos de Cristo Buen Pastor, con la misión de acoger, servir y animar carismas. Llamados a presentar un rostro de la Iglesia en que todos se sientan acogidos», afirmó.
 
«A pesar de la crisis de la fiebre porcina que tiene en alerta de salud  a todo el mundo  hemos logrado encontrarnos acá. Es un elocuente signo que nada podemos pretender asegurar todo lo que quisiéramos y que en nuestra fragilidad nos debemos confiar enteramente al Señor de la historia, a Cristo Resucitado», añadió.
 
«Aparecida puso al CELAM en una senda ancha, cercana al pueblo y de bastante actividad no sólo en la difusión  de su Documento Final sino su prolongación viva en la Misión Continental. Esa gran experiencia eclesial no quiso quedarse simplemente en un libro ni en un determinado espacio y lugar sino convertirse en realidad viva y unísona a lo largo el Continente».
 
Indicó que, en esta oportunidad, los asistentes compartirán lo que el CELAM ha realizado en estos dos años desde Aparecida en su conocida doble finalidad: la primera, en orden la comunión episcopal fraterna de todas nuestra Iglesias particulares y, la segunda, la colaboración en múltiples servicios a las Conferencias Episcopales de la región.
 
Y expresó su preocupación por «la búsqueda un tanto a ciegas de nuevos modelos de institucionalidades políticas que si bien muestran la buena intención de reivindicar muchos derechos necesarios para los más pobres también han sido ocasión de instalar planteamientos ideológicos abiertos a posturas discriminatorias de la vida, la familia y la libertad de educación». 

«En el campo social -subrayó- estos procesos han estado llenos de tensiones que hacen poco por solucionar los problemas reales, la grave inequidad existente, por ejemplo, y mucho por crear un grado de conflictividad fuerte al interior de nuestras sociedades que hace aún más difícil las soluciones. En lo cultural hemos sido mercado de tendencias que deslavan la riqueza fundante de nuestras naciones».
 
Durante la jornada de la mañana tuvo lugar la renuncia oficial del secretario general, monseñor Víctor Sánchez, recientemente nombrado arzobispo de Puebla, en México, y el nombramiento del nuevo secretario: monseñor, José Leopoldo González, obispo auxiliar de Guadalajara en México.
 
El resto de la jornada se dedicó a revisar los informes de gestión de los departamentos y centros de formación del CELAM, que serán analizados durante el segundo y tercer día de esta Asamblea.
 
La jornada concluyó con la celebración eucarística, en la catedral de Managua, presidida por el cardenal Giovanni Batista Re.
 
Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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