Argelia: un cristiano condenado a cinco años de cárcel por un CD

El gobernador de Bejaia clausura todos los lugares de culto protestantes de la provincia

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ROMA, martes 7 de junio de 2011 (ZENIT.org).-”Le ha dado un CD a un vecino, y por esto debe sufrir cinco años de prisión”. Con estas pocas palabras, el pastor Mustapha Krim, presidente de la Iglesia Protestante de Argelia (EPA), ha resumido a Compass Direct News (30 de mayo) la dura condena emitida, recientemente, por la justicia del país magrebí a un cristiano evangélico, llamado Siaghi Krimo.

El tribunal correccional del distrito o “cité” de Djamel, en Oran -Warhan en árabe, la ciudad portuaria a 470 km al oeste de la capital Argel, -ha condenado, el pasado miércoles 25 de mayo, al convertido a una pena de cinco años de prisión y además del pago de una multa de 200.000 denarios (casi 2.760 dólares) por haber “ofendido” al Profeta. Krimo, que está casado y tiene una niña de 9 meses, tiene 10 días de tiempo para apelar.

El hombre fue arrestado junto a otro cristiano -Sofiane- por los servicios de seguridad de Argelia, el pasado 14 de abril. Puesto en libertad después de tres días, Krimo acabó ante un tribunal el pasado 4 de mayo. El que acusó al cristiano de proselitismo y de blasfemia con respecto al profeta Mahoma, fue su vecino musulmán, a quien había dado un CD y con quien había tenido una discusión sobre la fe cristiana.

Lo que llama la atención de este asunto es que todo el proceso contra Krimo se ha desarrollado en ausencia del único testigo de la presunta blasfemia -el citado vecino musulmán- y de cualquier tipo de pruebas materiales. Este “detalle” no ha impedido al juez de turno ir más allá de la de la pena exigida por el representante de la fiscalía. Esta había pedido una pena preventiva de dos años y una pecuniaria de sólo 50.000 denarios, el juez ha decidido otra cosa y ha infringido al imputado el máximo castigo prevista por el Código Penal de Argelia por la violación del artículo 144 bis 2.

El artículo en cuestión, que se podría definir como la versión de Argelia de la infame ley pakistaní de la blasfemia, prevé condenas preventivas de hasta cinco años de prisión para quien ofende al Profeta o a “los mensajeros de Dios” y para quien “denigra los dogmas y preceptos del Islam a través de textos escritos, dibujos, declaraciones o cualquier otro medio” (Compass).

La dura condena ha dejado de piedra a la comunidad cristiana de la zona. “Si comienzan a aplicar la ley de este modo, significa que no hay respeto para el cristianismo”, declaró el director de EPA, Mustapha Krim, que teme lo peor. “Muy pronto muchos cristianos de Argelia se verán en la cárcel”, dijo a Compass. “Si el simple hecho de darle un CD a tu vecino te cuesta cinco años de prisión, esto es catastrófico”.

También el abogado de Krimo, Mohamed Ben Belkacem, ha hablado de una sentencia inesperadamente dura, que refleja el prejuicio del poder hacia los cristianos. “No nos esperábamos para nada esta sentencia”, confesó a Compass. “El juez ha castigado a los “cristianos”, no al “imputado”. No había pruebas y sin embargo el Tribunal no ha aceptado las circunstancias atenuantes”, continuó el abogado, que recordó que Krimo tenía “buenas relaciones”con los vecinos y que se proclamó inocente. “Mi cliente ha negado haber insultado al Profeta y no hay ninguna prueba material que apoye esta acusación”, destacó Ben Belkacem.

Algunos no excluyen totalmente que el Tribunal haya sido presionado para condenar al cristiano a una pena ejemplar. “El juez habría exonerado a Krimo de todas las acusaciones, en circunstancias normales, pero creo que ha recibido órdenes de sus superiores de ser duro”, declaró un representante del EPA, citado por la organización International Christian Concern (28 de mayo).

Para muchos analistas, la sentencia de Orán refleja el nuevo giro de tuerca por parte del gobierno del presidente Abdelaziz Bouteflika (en el poder desde 1999) contra las iglesias evangélicas. Simbólica para el clima que se ha instalado en el país -definido como “perjudicial” por el periódico El Watan en su editorial del 25 de mayo- es la decisión del gobernador o “wali” de la provincia de Bejaia o (Bugia), Ahmed Hammou Touhami, de imponer la clausura definitiva de los siete lugares de culto protestantes de la provincia nordoriental, dos de las cuales están en la homónima ciudad de Cabilia.

En una declaración enviada el pasado 22 de mayo a EPA, el gobernador explicó su decisión, escribiendo que todas las iglesias de la provincia eran ilegales porque no estaban registradas por la autoridad, como obliga la ley nº 06-03 (o bien 06-02 bis), conocida como la Ordenanza 06-03.

“No estamos en contra de el ejercicio de cultos distintos al musulmán. No hemos hecho otra cosa que invitar a las comunidades religiosas no musulmanas a respetar la ley”, se defendió el gobernador. “Les pedimos obedecer la ley. Algunos ejercen su culto en garajes” (El Watan 25 de mayo).

Muy distinta es la versión proporcionada por la Iglesia protestante local. Según Mustapha Krim, “todas las prácticas necesarias se han puesto en marcha a nivel de la Comisión Nacional de los cultos y del Ministerio del Interior después de la promulgación de esta ley 06-03, para le regularización de nuestra situación”. Acciones que han demostrado ser vanas, a causa de un “bloqueo” a nivel ministerial.

La norma, introducida en 2006, es muy controvertida. Según los expertos, ha creado “una zona gris en la cual el Gobierno y la policía tienen margen para actuar contra la Iglesia. Esta ley permite al gobierno a condenar a los creyentes por su fe o por culto ilegal aunque la Constitución garantiza la libertad religiosa” (Compass, 5 de octubre de 2010). Igual de contundente es al opinión de Mustapha Krim, que confirma el uso instrumentalizado, incluso “inquisidor contra los cristianos” de la ley (El Watan 25 de mayo).

Para el abogado Ben Belkacem, “los cristinos viven en una situación muy difícil en Argelia”. “Son -sostiene- sólo tolerados por motivos de política exterior y en realidad no tienen ninguna libertad de culto, ya que no se reconoce ninguna asociación, no obstante los numerosos esfuerzos”.(Compass 25 de mayo).

Tampoco El Watan tiene dudas. “La intolerancia oficial continua haciendo estragos” en Argelia, un país en el que “tener en posesión Evangelios o Biblias se ha convertido en un crimen que merece la cárcel”. El periódico acusa además a las autoridades a hacer el mismo juego que los integralistas y fundamentalistas, en particular del Frente Islámico de Salvación o FIS. “Los jefes actuales del país están aplicando el programa del FIS sin el FIS”, concluye el periódico su editorial del 25 de mayo, llamado “Purificación religiosa”.

Compass, Argelia cuenta hoy con más de 99.000 cristianos, que representan menos del 0’3% de la población compuesta por 35’4 millones de habitantes.

Por Paul de Maeyer

[Traducción del italiano por Carmen Álvarez]

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ZENIT Staff

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