LUJÁN, martes, 12 febrero 2008 (ZENIT.org–Aica).- Ante una gran concurrencia de fieles, el domingo 10 de febrero se celebró en el santuario nacional de Nuestra Señora de Luján una misa en memoria del siervo de Dios cardenal Eduardo Francisco Pironio, al cumplirse el décimo aniversario de su fallecimiento.
La iniciativa partió de la Acción Católica Argentina y de la profesora Beatriz Buzzetti, vicepostuladora de la causa de canonización del cardenal Pironio, quien junto a Juan Pablo II fue el creador de las Jornadas Mundiales de la Juventud, siendo presidente del Consejo Pontificio para los Laicos.
Anteriormente, había sido prefecto para la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada. Pablo VI lo creó cardenal el 24 de mayo de 1976, después de haber trabajado durante muchos años en el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
La Eucaristía estuvo presidida por el cardenal Jorge María Mejía, y concelebrada por los arzobispos Carmelo Juan Giaquinta, emérito de Resistencia; Rubén Héctor Di Monte, emérito y administrador apostólico de Mercedes-Luján; y Fabriciano Sigampa, de Resistencia; y los obispos Carlos Humberto Malfa, de Chascomús; Adolfo Armando Uriona FDP, de Añatuya; Oscar Vicente Ojea, auxiliar de Buenos Aires; y César Daniel Fernández, auxiliar de Paraná.
Concelebraron también una decena de sacerdotes, entre ellos el equipo de asesores de la Acción Católica, institución íntimamente ligada al cardenal Pironio.
Un cuadro con el rostro del siervo de Dios fue colocado delante del altar, junto a la imagen histórica de la Virgen de Luján, que allí se encuentra a raíz de las refacciones en el camarín.
Al término de la misa, el padre Fernando Vérgez LC, que fue secretario familiar del cardenal Pironio, rezó un responso ante su tumba, ubicada en la nave lateral de la basílica, junto al altar del Sagrado Corazón de Jesús. Finalmente la profesora Buzzetti colocó una ofrenda floral. Se hallaba presente el titular del Consejo Nacional de la Acción Católica, arquitecto Alejandro Madero y numerosos dirigentes de la institución.
«El cardenal Eduardo Pironio, un ejemplo como sacerdote y obispo, es santo», afirmó y reiteró el cardenal Mejía en su homilía.
Vinculando el texto evangélico del día, el de las tentaciones de Jesús, con la vida de Pironio, el cardenal Mejía dijo que el siervo de Dios superó incluso la tentación de una enfermedad dolorosa para cumplir siempre con su misión. «Nunca dejó de hacer lo que tenía que hacer».
«Quien también sufrió por otras y muchas realidades (persona, destierros…), es un ejemplo de la victoria sobre las tentaciones y cómo, en su dolor, se encomendaba a los abrazos de María», afirmó el purpurado, y al reiterar que Pironio «es santo», abogó para que su proceso se vea prontamente concretado en los altares.
El cardenal Eduardo Francisco Pironio falleció el 5 de febrero de 1998 en Roma, donde el 23 de junio de 2006 se inició la fase diocesana del proceso de beatificación. El 19 de febrero de 2007 comenzó la etapa de investigación en la arquidiócesis de Buenos Aires, en la que se recogen los testimonios sobre la fama de santidad y el ejercicio heroico de sus virtudes.
