Arrogarse la ordenación de obispos no es un bien para China, alerta el cardenal Joseph Zen Ze-kiun

La campaña de oración por la Iglesia en el país adquiere dimensión mundial en tres días

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HONG KONG/PEKÍN, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Mostrándose disponible para hacer cuanto beneficie a su patria, el cardenal obispo de Hong Kong advierte a las autoridades de China que apropiarse de la atribución de ordenar obispos no es un bien para la nación.

Este jueves el cardenal Joseph Zen Ze-kiun ha dado respuesta al comisario del Ministerio chino de Exteriores, dos declaraciones de las que se hace eco la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews».

Y es que se van sucediendo reacciones (Zenit, 10 mayo 2006) en torno a las dos ordenaciones episcopales ilegítimas, celebradas recientemente en China sin el consentimiento del Papa.

El miércoles, el funcionario chino de Exteriores, Lu Xinhua, en una rueda de prensa pidió al obispo de Hong Kong «convencer al Vaticano para establecer una relación diplomática de manera correcta e integral, respetando el principio de “una sola China”, eliminando toda relación con Taiwán y no utilizando la religión para entrometerse en los asuntos internos del país».

«Esperamos que el cardenal pueda persuadir al Vaticano para aceptar las posturas del gobierno central», concluyó el comisario del Ministerio chino de Exteriores.

En una nota, el purpurado ha respondido: «Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa que beneficie a mi nación, pero si la postura de Pekín es la de atribuirse el poder de ordenar obispos sin el consentimiento del Papa y mantener activa la Asociación Patriótica que supera a los obispos, esto no beneficia en absoluto a la nación ni puede ser aceptado por la mayor parte del clero y de los fieles chinos».

«Amo a mi patria así como a la Iglesia –añadió el prelado–, y espero que se pueda llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, de forma que garantice una verdadera libertad religiosa y, a la vez, una sociedad armónica».

«Nuestros fieles podrán contribuir al progreso y a la modernización de nuestra nación que, además, obtendrá un estatus internacional más respetable», concluyó.

El gobierno chino permite la práctica religiosa en el país sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la «Asociación Patriótica» (AP) –cuyo estatuto recoge la creación de una Iglesia nacional desgajada de la Santa Sede–.

De ahí que afirmen una diferencia entre una Iglesia «oficial» y los fieles que tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del Papa, formando la Iglesia «no oficial» o «clandestina».

Al respecto el purpurado también ha salido al paso, reafirmando que «en China hay sólo una Iglesia Católica, y todos quieren ser guiados por el Papa», según su reciente nota, difundida el miércoles íntegramente por Zenit.

Campaña mundial de oración
La situación suscitada por las recientes ordenaciones episcopales ilegítimas ha originado una campaña de oración –de la que ha hecho vehículo la agencia del PIME–, que en sólo tres días ha alcanzado proporciones globales.

Este jueves confirma que se han adherido los tres neocardenales de Asia creados por Benedicto XVI –los arzobispos Gaudencio B. Rosales (de Manila) y Nicolas Cheong-Jin-Suk (de Seúl) y el obispo salesiano de Hong Kong, el cardenal Zen–, así como parroquias, conventos, sacerdotes jubilados, asociaciones, familias y fieles.

Esta oración se une a la de la Iglesia «clandestina» en su súplica a favor de la «oficial», para que sacerdotes y obispos –a los que la AP está presionando para su desvinculación del Papa– tengan valor y fortaleza.

«Queremos rezar para que permanezcan firmes nuestras raíces cristianas y católicas de afecto y vínculo con el Papa –explica el cardenal Zen–. Estamos seguros de que la gran mayoría son fuertes y están convencidos de querer permanecer en el único rebaño, con el Papa a la cabeza como supremo pastor».

«Con nuestra oración –recalcó– queremos expresar el hecho de que les admiramos por su fortaleza y que les apoyamos en este momento tan difícil».

«Muchas personas en Corea esperan que China tenga libertad religiosa», confirmó por su parte el arzobispo de Seúl uniéndose a la campaña de oración.

Recordó que «el gobierno comunista» de Pekín está intentando crear grupos «patrióticos» también entre budistas y protestantes.

Y el cardenal Rosales ha declarado su deseo de hablar de la «campaña» con los demás obispos de Filipinas.

Fuentes de «AsiaNews» desde Pekín confirman que la noticia de las adhesiones mundiales a la campaña de oración está circulando en la Iglesia –«clandestina» y «oficial»–.

Al adherirse a la petición de oración de los prelados por la libertad religiosa en China, «AsiaNews» propone que todos los días, hasta Pentecostés, se acuda a la intercesión del Espíritu Santo y de la Virgen María por esta intención: que a los obispos y a los sacerdotes se les conceda necesario valor y la fortaleza frente a las persecuciones, presiones y amenazas que buscan destruir la unidad de los fieles chinos con el Papa.

[Se pueden enviar adhesiones a esta campaña a la dirección asianews@asianews.it]

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ZENIT Staff

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