BOGOTÁ, 29 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Seis pistoleros asesinaron este viernes al padre Jorge Sánchez Ramírez, párroco de Restrepo, localidad situada en el Valle del Cauca, junto a tres de sus acompañantes, continuando así la oleada de asesinatos de sacerdotes católicos en Colombia.
El atentado tuvo lugar después de que el sacerdote, de 62 años, regresara en avión desde Bogotá, donde había pasado seis días. Fueron a recogerle al aeropuerto el sacristán de la parroquia, Guillermo Peña, de 19 años; el sepulturero Gerardo Pava, de 51; y el soldado Frank Heider Rodríguez, de 21 años, quien había sido su acólito y amigo del párroco.
El sacerdote y sus acompañantes se desplazaban en un coche para llegar a la parroquia cuando dos vehículos, en los que viajaban seis hombres, los interceptaron y les dispararon indiscriminadamente.
El viernes anterior había sido asesinado otro sacerdote, el padre José Luis Arroyave, mediador en el conflicto que padecen los habitantes de un barrio marginado de Medellín y promotor de programas de desarrollo en esa ciudad.
La noticia causó conmoción en Restrepo a donde el padre Sánchez, oriundo de Sonsón (Antioquia), había llegado hace tres años.
«Él era todo amor, entregado a su comunidad. No entendemos qué puso pasar», dijo sor Oliva, directora de la escuela Nuestra Señora de la Consolación.
La tristeza invadió ayer a los habitantes de este municipio que tenían sus esperanzas puestas en los proyectos que lideraba el párroco.
Nadie sabe qué pasará ahora con el proyecto de construcción de casas para gente sin recursos, el Santuario Señor de los Milagros, que arrancó en el segundo semestre del año y con la cual el sacerdote se proponía construir 50 viviendas.
Desde hace 20 días los habitantes de la localidad se levantaban y se acostaban con los mensajes radiales del sacerdote Sánchez, que había recuperado los equipos de Restrepo FM para reforzar la evangelización. Lo mismo había hecho con un canal de televisión en el cual compartía la programación con documentales de la National Geographic.
«El padre Jorge mantenía pendiente de todos aquí en Restrepo. Sus mensajes siempre estaban dirigidos a la juventud para que fuera pudorosa y responsable», recuerda sor Oliva.
El coronel Alvaro Caro, comandante de la Policía Valle, dijo que se están realizando las indagaciones respectivas para encontrar las causas del crimen.
Recuerda, que el padre Sánchez siempre fue muy fuerte en sus pronunciamientos contra la violencia, incluidos los de la guerrilla, pero considera que eso nunca había sido motivo de amenazas para su vida.
Son ya diez los sacerdotes asesinados en los últimos meses, incluido el arzobispo de Cali, Isaías Duarte.
