Asesinado un sacerdote centroafricano por los rebeldes golpistas

Se registra violencia contra las comunidades religiosas

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BANGUI, 15 diciembre 2002 (ZENIT.org).- Un sacerdote centroafricano fue asesinado a sangre fría el lunes pasado por los rebeldes vinculados al ex general golpista Françoise Bozizé en Bossangoa, ciudad «bastión» de los insurrectos, a unos 300 kilómetros al norte de la capital de la República Centroafricana, Bangui.

Fuentes de la Agencia misionera MISNA relatan que el padre Jean Claude Kilamong, de unos cuarenta años de edad, fue retenido el domingo por los hombres armados que controlan totalmente la ciudad desde hace más de un mes.

Al día siguiente, fue encontrado sin vida. Las operaciones de recuperación de su cuerpo resultaron especialmente arriesgadas debido a la presencia de los propios rebeldes.

Su funeral se celebró el martes en la catedral de la ciudad, prácticamente desierta, de donde ya han huido miles de personas.

Además, los rebeldes –protagonistas del fallido golpe de Estado del pasado 25 de octubre–han saqueado el hospital local y han destruido la zona quirúrgica. El obispado ha sido también arrasado.

Casi todo el clero local ya ha abandonado Bossangoa. Los religiosos que quedan se encuentran de momento en el «pequeño seminario», temiendo más violencia.

Suscita aún gran preocupación la situación de la comunidad franciscana en el centro de la ciudad, donde cinco misioneros capuchinos –tres franceses, un italiano y un polaco– son prácticamente rehenes de los milicianos, pues no les pierden de vista y no pueden moverse de allí.

Este jueves se supo que la otra comunidad franciscana, a las puertas de Bossangoa, fue asaltada dos semanas atrás por los mismos rebeldes. Los tres misioneros –un italiano de 67 años, un francés de 77 y un joven centroafricano– fueron golpeados y amenazados de muerte.

Consiguieron abandonar la ciudad, y después de una fuga a pie de más de tres días consiguieron ponerse a salvo al llegar a la capital, Bangui.

El pasado 30 de octubre, la Santa Sede hizo un llamamiento a la comunidad internacional a favor de la pacificación en la República Centroafricana, e invitó a la población a renunciar al uso de las armas y a respetar el orden constitucional.

Juan Pablo II ya había lanzado un llamamiento el 6 de junio pasado para pedir que se pusiera punto final a la guerra civil que desangra este país.

Los rebeldes guiados por el ex jefe de Estado mayor, el general François Bozizé, intentaron derrocar al presidente Ange-Félix Patassé, reelegido en octubre de 1999.

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ZENIT Staff

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