Al menos 150 mujeres, varias de ellas en cinta, fueron asesinadas en la provincia de Anbar, por milicianos del Califato Islámico, tras haber rechazado casarse con ellos.
La masacre que registrada en la zona norte-occidental ha sido denunciada por el Ministerio de los Derechos Humanos de Bagdad, según informó el canal Arabiya, explicando que las ejecuciones se realizaron en Falluya a cargo del yihadistas Abu Anas al-Libi, y que los cuerpos de las víctimas fueron enterrados en fosas comunes en la periferia de la ciudad.
Mientras tanto, en Siria, se han encontrado los cuerpos de 230 personas asesinadas por yihadistas del Estado Islámico en una fosa común en la provincia de Deyr az Zor, al este del país. Así lo ha señalado el Observatorio nacional para los derechos humanos (Ondus), explicando que leas víctimas son miembros de la tribu de los Sheitat, de quienes se había denunciado una masacre en septiembre. De este forma, se llega así a más de 900 personas de los Sheitat asesinados por los fundamentalistas del Estado Islámico.
Tal y como indica la agencia italiana Sir, Omar Abu Layla, portavoz de la oposición moderada del ejército libre sirio, ha explicado que la tribu de los Sheitat ha descubierto la fosa común después de que algunos de ellos regresarán a sus casas. El Estado Islámico, después de haber ocupado la zona, ha dado a los Sheitat el permiso de volver, «este es un mensaje del Estado Islámico para hacer entender que si entre los que vuelven hay una mínima intención de venganza, su suerte será la misma que la de sus parientes», ha concluido Omar Abu Layla.
