Así se prepara la V Conferencia General del episcopado latinoamericano

Revelaciones del primer vicepresidente del CELAM

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TEXCOCO, miércoles, 1 junio 2005 (ZENIT.orgEl Observador).- El pasado 17 de mayo se realizó en Lima, Perú, la XXX Asamblea Ordinaria de la Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), al mismo tiempo que se llevaron a cabo los festejos por los 50 años de la creación de este organismo.

Entre los acuerdos, se perfila la preparación de la V Conferencia General de CELAM (las otras cuatro han sido Río de Janeiro, 1955; Medellín, 1968; Puebla, 1979; y Santo Domingo, 1992), en la que la Iglesia del continente con mayor número de católicos del mundo, quiere enfrentar los desafíos de esta hora.

Antes, el papa Benedicto XVI había confirmado ya la Convocación a la V Conferencia General del CELAM, que se realizará en 2007, aunque el lugar y la fecha exacta han quedado en suspenso.

A continuación, presentamos una extensa entrevista concedida por monseñor Carlos Aguiar Retes, obispo de Texcoco (México), secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano y primer vicepresidente del CELAM.

–¿Cuáles podrían ser, en resumen, los motivos del reciente encuentro en Perú?
–En cuanto a las conferencia teológicas…

–Monseñor Aguiar Retes: … fueron conferencias muy profundas, en la línea de los contenidos de estos documentos del Episcopado Latinoamericano, donde se nos mostró con claridad que además de ser muy bien fundamentados las posiciones teológicas asumidas en las conferencias, llevaban un mensaje muy conveniente. Por ejemplo, Santo Domingo, la nueva evangelización, la promoción humana; Puebla con la evangelización en el presente y en el futuro de América Latina, fueron temas que pusieron las bases de la aplicación del Vaticano II y que no se detuvieron ahí, sino que se desarrollaron para lograr, por ejemplo, aquél lema de Puebla: «Participación y comunión» que tanto ayudó para superar las crisis dejadas por la Teología de la Liberación.

–¿Qué respuestas les dio el Papa Benedicto XV1 a sus propuestas?

–Monseñor Aguiar Retes: En primer lugar, quedó confirmada la convocación a la Quinta Conferencia, es decir, ya tenemos la certeza de que tendrá lugar. Y eso nos llenó de alegría, porque era la expectativa mayor, saber que el Papa daba su aprobación para prepararla en vista de una convocatoria que, formalmente, se hará un año antes de la fecha que se fije. También nos dijo que consideraba bien la petición de una sede alternativa a Roma. La sede alternativa va a ser definida probablemente en septiembre de este año. También hay acuerdo en el tema, aunque el lema será más sintético.

–La semana pasada hubo una nota que decía que el CELAM se declaraba en estado de misión, ¿a qué se refiere?

–Monseñor Aguiar Retes: A que la Quinta Conferencia no termine como las anteriores, es decir, con el encuentro y el documento, sino que le siga una movilización pastoral, sobre todo en la línea de la misión, con toda la intención de ir por los católicos más alejados, más distantes; y que el hacer en una misma línea esta misión y en un mismo tiempo, nos facilitará alcanzar mayor repercusión y mayor respuesta en la población. A esto es a lo que se refiere: que ya entramos en la preparación de poner en estado de misión permanente a las diócesis del continente. Aunque esto ya está aprobado por las 22 conferencias episcopales, la decisión última queda en manos de cada diócesis. Cada Conferencia nos va a motivar, y luego en cada diócesis tendrá que tomar la decisión el obispo, pero todo indica que va por buen camino al haberse aceptado por las 22 Conferencias Episcopales.

–Si es en América, ¿vendrá el Santo Padre Benedicto XVI?

–Monseñor Aguiar Retes: Así lo consideramos, así lo creemos, y precisamente, el que el Papa no nos haya mandado su respuesta, es señal de que lo está considerando dentro de su organización programática de estos dos primeros años. En el encuentro que tuvimos con él en abril nos decía que no viajará tanto como Juan Pablo II, porque se lo impide su edad y porque el Papa ya abrió esos caminos. Ahora al Papa Benedicto XVI le toca una nueva función y él decía que tendrá que dosificar estratégicamente los viajes que hará. El hecho de que todavía no nos haya confirmado, quiere decir que lo está pensando, lo está considerando y está viendo el conjunto de invitaciones que tiene ya en su mesa y compromisos eclesiales que se van acumulando. Por eso nos dijo el cardenal Re que será hasta septiembre, cuando el Santo Padre, después del tiempo de vacaciones, tome la decisión.

–La fecha y la sede están pendientes, pero ¿ya se habla de algún lugar en términos de posibilidad?

–Monseñor Aguiar Retes: La sede que estaba prevista, estando el Papa Juan Pablo II, y con las condiciones y limitaciones propias de su edad, era Roma; sigue siendo previsible esa posibilidad, ahora no por la enfermedad, sino por la edad del Papa. En el caso de que fuera en América Latina, hemos considerado que debiera tocarle de nuevo al Cono Sur, porque el primer encuentro fue en Río de Janeiro, Brasil, el segundo en Medellín, que forma parte de la región de los Países Bolivarianos en Colombia, la tercera fue en México; que México y Centro América forman la región, y la cuarta fue en Santo Domingo, las islas del Caribe, que son las 4 regiones en que está organizado el CELAM. La participación de distintos miembros de la Asamblea dijo que sería conveniente que fuera en el Cono Sur; las opciones previstas son o Argentina o Chile, territorios que tienen condiciones propicias para un encuentro de esta naturaleza.

–¿Hay ya un temario, un instrumento de trabajo?

–Monseñor Aguiar Retes: Son cinco líneas concretas. Los temas, tienen relación entre sí, pero cada uno va teniendo su propia identidad, su propia fuerza. El primero es «El encuentro con Jesucristo Vivo»; esta primera línea del tema es para ubicar ala Quinta Conferencia y la movilización Pastoral de misión permanente en la línea del documento «Eclessia in America», donde se enfatizó la necesidad de cada cristiano de encontrarse con Cristo, y no solamente porque se le trasmitió la fe crea en Cristo, sino porque lo ha encontrado en su vida.

La segunda línea es Discípulo y Misionero. Queremos enfatizar que una persona que se ha encontrado con Cristo, necesita seguir un proceso de formación, que el Evangelio llama discipulado, una etapa de aprendizaje donde se van consolidando los valores del Evangelio y se van apropiando en la vida de todos los días, pero, además, este discipulado implica necesariamente, porque así lo fue desde la experiencia de Jesús, tiene sentido y sólo se puede pensar en él en vistas de la misión, es decir, nosotros somos d
iscípulos de Cristo y como él tenemos que ser también enviados.

La tercera línea es «En la comunión con la Iglesia católica», es decir este discipulado no puede vivirse de manera individual, aislada, la auténtica escuela del discipulado es en comunidad; es en comunidad la cuna donde el discípulo crece, se forma y se compromete. En la comunión de la Iglesia católica, buscamos así que el actual cristiano descubra la importancia de su identidad católica y su sentido de pertenencia a esta institución.

La cuarta línea se refiere al contexto, la enunciamos: «en el inicio del tercer milenio», quiere decir que tenemos un contexto social y cultural muy complejo, muy difícil, que nos plantea desafíos nuevos que no se habían vivido antes en la Iglesia, y por eso queremos enfatizar que no se trata de un mensaje abstracto, sino que contemporiza con la realidad de nuestros pueblos.

Finalmente la ultima línea es: «para que nuestros pueblos tengan vida», sintetiza todo lo que nos mueve, lo que van describiendo las otras líneas, no tiene otro objeto que el mismo Jesús: dar la vida para que los demás la tengan en abundancia, particularmente sabiendo que los pueblos de América Latina y el Caribe sufren de muchas privaciones, limitaciones y carencias donde es el espacio propicio para vivir la caridad.

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ZENIT Staff

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