Asistir a una ejecución plantea dilemas éticos a los médicos

Iría en contra del Juramento Hipocrático

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NUEVA YORK, martes, 13 julio 2004 (ZENIT.org).- En los Estados Unidos sigue la polémica sobre los médicos que participan en ejecuciones suministrando inyecciones letales a las personas condenadas a muerte.

El problema ético consiste en que este acto está en contradicción con el Juramento Hipocrático, que prescribe básicamente «preservar la vida».

«Este juramento y la acción de suministrar inyecciones que matan están en contradicción», afirman los abolicionistas, según aclara un reportaje de Grant McCool de la agencia Reuters que reproduce la Comunidad de San Egidio en su página web (http://www.santegidio.org).

«La idea de que haya doctores que han hecho el Juramento Hipocrático –de cuidar y preservar la vida– y que estén tomando parte en ejecuciones, es alarmante», afirma Michael Stark, de la Campaña para Finalizar con la Pena de Muerte.

De hecho, el Código de la Asociación Médica Estadounidense («American Medical Association») no permite a los doctores la participación en una ejecución.

Algunos abolicionistas prefieren que haya un doctor a que en su lugar esté una persona no preparada en el momento en el que se suministra la inyección. Esta es la posición de Keneth Baum, profesor de medicina ética en la Universidad de Yale.

Por su parte el psiquiatra jubilado Arthur Zitrin, de Nueva Cork, trabaja con abogados para conseguir condenar a médicos que hayan participado en ejecuciones.

Según un estudio de la empresa de encuestas «Gallup», en octubre de 2003 el 64% de los estadounidenses eran partidarios de la pena capital.

El Centro de Información de la Pena de Muerte comunica que desde que la pena de muerte se reinstauró en los Estados Unidos (1976), 747 personas han sido ejecutadas por inyección letal.

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ZENIT Staff

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