Austria: La actuación política, expresión de un cristianismo práctico

Hildegard Burjan, fundadora de las Hermanas de la Caridad Social será beatificada en Viena

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ROMA, jueves 19 enero 2012 (ZENIT.org) – El próximo 29 de enero será beatificada en la catedral de San Esteban en Viena, la fundadora de las Hermanas de la Caridad Social (Caritas Socialis), Hildegard Burjan (1883-1933).

«Para la archidiócesis de Viena, pero también para toda la Austria, Hildegard Burjan es una figura que impresiona, una persona que debe ser puesta de relieve», dijo el cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schönborn.

El proceso de beatificación fue iniciado en 1963 por el entonces cardenal Franz König. Y la solemne ceremonia será presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

La nueva beata nació el 30 de enero de 1883 en Görlitz –una ciudad a orillas del río Neisse, desde 1945 partida en dos por la frontera germano-polaca–, y fue la segunda hija de la familia Freund, de origen hebreo. Desde temprana edad, Hildegard se distinguió por su apertura a los problemas sociales y su espíritu libre. Fue una de las primeras mujeres en estudiar en la universidad y la primera en ocupar un escaño en el Parlamento austriaco.

Concluyó brillantemente sus estudios de filosofía en Zürich, Suiza, con un doctorado summa cum laude. Después de su matrimonio en 1907 con Alexander Burjan, se mudó con su marido a Berlín y luego en 1909 a la capital austriaca.

En Viena, afronta las grandes contradicciones sociales. Pero en lugar de cerrar los ojos ante la miseria, como una observadora atenta y crítica de la intolerable situación, empieza a comprometerse seriamente en el trabajo social.

Se une a un grupo de mujeres que luchan por la implementación de las ideas formuladas por el papa León XIII en su encíclica social Rerum Novarum de 1891. El compromiso de Burjan está profundamente marcado por la fe católica, a la que se convirtió en 1909 tras una grave enfermedad.

Para el desarrollo interior del hombre, Burjan considera indispensable la libertad interior y la formación de la personalidad. Está convencida de que la auténtica asistencia social está en el ayudar a otros a ayudarse a sí mismos. Para Hildegard, la dignidad del hombre está siempre en primer plano.

En 1912 fundó la Asociación de Empleadas de Hogar cristianas (Verein christlicher Heimarbeiterinnen) y en 1918 reúne a todas las organizaciones de mujeres trabajadoras en la asociación de Asistencia Social. También ayuda a los que padecían hambre en los montes Metálicos (Erzgebirge) con una colecta de alimentos y crea en la Región de los Sudetes una red de apoyo a las familias.

Fiel al principio de que la acción social exige la unión del compromiso privado y político, Burjan se lanza a la actividad política en 1918, un año antes del fin de la primera guerra mundial y del colapso del imperio austro-húngaro. Su objetivo es cambiar de modo permanente las estructuras sociales; la sensibilidad que muestra hacia la problemática económica y social de su tiempo es impresionante.

Su compromiso político se centra en temas sociales. Luchó por la justicia, por el salario mínimo de las empleadas de hogar, así como en la asistencia a quienes se dedicaban a actividades riesgosas, y combate el trabajo infantil. Con su actividad, Burjan fue decisiva para la política y las instituciones sociales de hoy.

Con la ayuda del prelado Ignaz Seipel, que después de la primera guerra mundial fue dos veces canciller de Austria, fundó en octubre de 1919 la sociedad de las Hermanas de la Caridad Social (Caritas Socialis). Una motivación para implementar la iniciativa fue el hecho de que la sociedad necesitaba de personas dedicadas enteramente a la actividad social. Con un énfasis principal en la flexibilidad del trabajo, Burjan renunció al claustro y otras expresiones de la vida religiosa, consideradas limitantes para la nueva congregación.

La congregación gestiona hoy diversas estructuras en Viena, incluyendo un albergue para madres y niños, jardines de infancia, centros de salud y clínicas especializadas para los ancianos y los enfermos crónicos, así como centros de día para pacientes que sufren de Alzheimer y de esclerosis múltiple. En la capital austriaca, el hospicio Rennweg de la Caritas Socialis, se especializa en cuidados paliativos, incluso a domicilio.

Gracias a su ejemplo e incansable esfuerzo, la próxima beata Hildegard Burjan –quien fuera también madre de una hija, Lisa (por razones de salud los médicos le habían recomendado un aborto, a lo que se negó categóricamente)–, ha creado una obra que sigue siendo muy actual hoy y que será un punto de referencia para las generaciones futuras.

Para leer los detalles sobre el programa de la beatificación y sobre la vida de Hildegard Burjan (además del austriaco, está en inglés, italiano y portugués) se puede entrar en: http://www.hildegardburjan.at/.

Por Britta Dörre

Traducido del italiano por José Antonio Varela

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ZENIT Staff

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