Avanza el santuario dedicado a san Juan Diego en la capital mexicana

Una idea surgida con motivo de su canonización, en 2002

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

MÉXICO, domingo, 6 de diciembre de 2009 (ZENIT.orgEl Observador).- Tiempo antes de la canonización de San Juan Diego, el 31 de julio de 2002, por Juan Pablo II, se percibió en la Arquidiócesis Primada de México, la necesidad de construir un lugar dedicado a su culto, un espacio donde los fieles del santo mexicano pudieran externar su devoción.

Para este propósito se escogió el viejo cine Lindavista construido  en la ciudad de México en el año 1942.  El proyecto es arquitectónico, catequético y espiritual. Se encuentra en etapa de construcción y pronto podrá recibir, cada 9 de diciembre, día en el que se celebra su memoria por la Iglesia católica, a los miles de fieles que le tributan enorme devoción en México.

Proyecto arquitectónico

El atrio será una plaza con: una escultura monumental de San Juan Diego recibiendo a los fieles, discretas jardineras a ras del pavimento con forma inspirada en el símbolo de la flor de cuatro pétalos «Nahui ollín», quemadores para veladoras; uno dedicado a la Virgen de Guadalupe, otro a San Juan Diego y un campanario con un planteamiento conceptual neoexpresionista.

Se contempla tener una capacidad para mil personas sentadas. Habrá  espacios destinados para  25 mil criptas, una capilla de adoración al Santísimo y en forma muy especial se construirá un centro indígena para atender a la gente más necesitada que visite el lugar.

Con la finalidad de que los fieles participen de una manera más cercana al altar se pensó la disposición de las bancas,  quien presida la misa será visible desde cualquier punto de la nave, por ello el espacio destinado a la sede se elevará tres escalones por encima del área de altar, de esta forma los asistentes en todo momento tendrán una visión de la celebración de la eucaristía.

La pila bautismal será un contenedor transparente bañado de luz indirecta, la cual provendrá de la zona de criptas. En celebraciones nocturnas se iluminará la zona de altar de una manera especial haciendo énfasis en la celebración de la liturgia. En ese momento el área de fieles se alumbrará con matices muy tenues.

El sacramento de la reconciliación es parte nodal en la experiencia católica  por esta razón, el vestíbulo y las dos cúpulas del acceso serán zonas penitenciales y de recogimiento, «donde se cuidará que su iluminación propicie ambientes de reconciliación que se requieren en los santuarios hoy en día».

Atendiendo a la maximización de espacios, en el sótano se ubicarán servicios, oficinas, área de criptas y un pequeño altar a doble altura que «será bañado con iluminación cenital proveniente de la cubierta principal del Santuario y en su parte inferior iluminado artificialmente».

Proyecto catequético y espiritual

El santuario tiene la intención de difundir la devoción a San Juan Diego y la Virgen de Guadalupe, para que los fieles conozcan los modelos guadalupano y juandieguino del seguimiento de Cristo.

Como un instrumento se tiene el proyecto «San Juan Diego Peregrino», el cual consistirá trasladar  la escultura del  santo a cada una de las 84 circunscripciones eclesiásticas del país así como algunas del extranjero. El programa-tipo para una visita incluye:

Acto de recepción del Santo.

Celebración eucarística por la autoridad eclesiástica del más alto nivel.

Actos mediante los cuales se difundirá su vida y servicio.

Evento de tipo festivo y finalmente un acto de despedida de la imagen.

También se prevé la realización de copias fieles digitalizadas del cuadro original, con la finalidad de ser entregadas a las peregrinaciones que sean organizadas por el patronato del Santuario de San Juan Diego.

En la actualidad 

Debido a diversas circunstancias, la obra ha sufrido retrasos. Actualmente, la rectoría se encuentra acéfala, fuentes cercanas a la Basílica de Guadalupe informaron que en máximo dos meses habrá rector designado y se reiniciarán las obras. A pesar de estos se sigue celebrando una misa diaria en los terrenos del santuario, el fervor de los devotos juandieguinos sigue vivo.

El mensaje del acontecimiento Guadalupano es esperanza y motor de cambio para la sociedad mexicana contemporánea, por ello es menester darlo a conocer, he aquí la importancia de una obra de esta naturaleza.

Por Omar Árcega

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación