Azerbaiyán: La libertad religiosa a debate ante la visita del Papa

El control de las confesiones se ha endurecido últimamente

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ROMA, 10 mayo 2002 (ZENIT.org).- Cuando Juan Pablo II llegue a la capital de Azerbaiyán, Baku, en la tarde del 22 de mayo próximo, para su 96 visita papal fuera de Italia, la atención mundial se centrará en la situación religiosa del país del Caspio.

Los últimos seis meses han visto un endurecimiento del control estatal de todos los aspectos de la religión, dirigido por Rafik Aliev, nombrado el año pasado jefe de la Comisión estatal para las Relaciones con las Organizaciones Religiosas, informa Felix Corley, director de Keston News Service.

El resultado del controvertido proceso de renovación del registro, lanzado a finales del año pasado y todavía abierto, es que las 406 comunidades de todas las confesiones registradas en el viejo sistema, se han reducido a 125. Se calcula, sin embargo, que en todo el país están presentes unas 2.000 comunidades religiosas.

La Comisión estatal ha negado arbitrariamente el registro o la renovación del registro a muchas comunidades religiosas; creyentes de diversas confesiones han sido detenidos, golpeados y multados; la literatura religiosa sigue siendo censurada; y la Comisión estatal ha interferido
especialmente en los asuntos internos de la comunidad musulmana, sigue diciendo Keston News Services, instituto especializado en el estudio de la libertad religiosa.

La policía y las autoridades locales, especialmente fuera de Baku, han prohibido a un número de grupos religiosos celebrar servicios sin una justificación legal aunque la actividad de los grupos no registrados no es ilegal.

Según prevé el programa oficial de la visita, el Papa almorzará con el padre Daniel Pravda y los demás sacerdotes salesianos encargados de la parroquia católica de Baku.

El padre Pravda ha explicado a Keston News Services que no habrá una reunión papal individual con los otros líderes cristianos, aparte del obispo ortodoxo, pero varios pastores protestantes han dicho que estarán presentes en la misa papal, aunque no hayan recibido invitaciones específicas.

«El Santo Padre viene a Azerbaiyán para expresar su respeto hacia el pueblo azerbaiyano y la importancia de este Estado, encrucijada entre Este y Oeste –explica el padre Pravda–. Expresará su respeto por el clima de tolerancia y democracia que existe aquí y que debería permanecer. El Islam
es muy tolerante aquí y no hay fundamentalismo islámico».

Azerbaiyán, como todas las ex repúblicas soviéticas con la excepción de Rusia, tiene plenas relaciones diplomáticas con la Santa Sede. El nuncio Claudio Gugerotti vive en la cercana Georgia.

La única parroquia católica está en la capital Baku, con unos 120 miembros activos. La parroquia, parte de la «missio sui juris» establecida en 1998, y directamente dependiente de la Santa Sede está dirigida por el padre Pravda, de origen eslovaco.

La mayoría de los azerbaiyanos son musulmanes de origen chií aunque hay también sunniíes. Entre la minoría cristiana, hay seis parroquias ortodoxas y muchas iglesias protestantes de diversas denominaciones.

Muchos grupos líderes se han quejado del proceso de nuevo registro obligatorio de la comunidades religiosas, considerándolo innecesario, supercomplejo, opaco, arbitrario y restrictivo.

La Comisión estatal ha sido puntillosa con la redacción de los estatutos poniendo muchas dificultades. Les ha dicho como deben organizarse y ha tratado de evitar que las comunidades religiosas minoritarias obtuvieran el registro fuera de la capital. Y se han producido numerosos incidentes de represión contra los creyentes.

El padre Pravda declaró que no sabe si la visita contribuirá a la libertad religiosa. Reconoció los problemas en este área pero subrayó que el clima religioso en el país es «tolerante».

Citó la reciente resolución del problema de los visados de larga duración para el clero católico extranjero, y expresó esperanza de que la visita del Papa ayude a la Iglesia a obtener el registro para su organización humanitaria Caritas.

«La posición de la Iglesia católica ha ido mejorando –concluyó–. Espero que la visita facilitará ulteriores mejoras para la comunidad católica en Azerbaiyán».

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ZENIT Staff

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