«Barco-capilla» en el Volga recuerda al fundador de «Ayuda a la Iglesia Necesitada»

Se llamará «Werenfried», por el padre Van Straaten (1913-2003)

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KÖNIGSTEIN, domingo, 31 octubre 2004 (ZENIT.org).- Este domingo, el metropolita ortodoxo Germán Timofeev de Volgogrado (antigua Stalingrado) y Kamishinskii ha bendecido un nuevo barco-capilla del río Volga (Rusia).

Esta «iglesia flotante» se ha consagrado al santo gobernante Vladimiro, que convirtió Rusia al Cristianismo.

El barco se llama «Werenfried» en honor al padre Werenfried Van Straaten (1913–2003), quien fundó en 1947 la asociación católica internacional «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (AIN).

Tras la caída del comunismo, AIN estableció lazos con la Iglesia ruso-ortodoxa mediante ayudas a varios proyectos conjuntos, entre ellos el de los barcos-capilla de la eparquía de Volgogrado.

Los dos primeros fueron «St. Innokentij», consagrado en 1998, y «St. Nikolaj», botado en 2000. La nueva iglesia flotante visitará los asentamientos situados a orillas del Volga en los que no haya iglesias ni esté previsto construirlas en un futuro próximo, explica un comunicado de la obra de Derecho Pontificio.

El origen de AIN, surgida poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, fue destinar fondos y alimentos en Holanda y Bélgica para los desplazados alemanes y predicar a favor de la reconciliación con los que habían sido enemigos durante la guerra.

El hecho de reunir cientos de toneladas de tocino entre los campesinos flamencos le valió al sacerdote premostratense holandés el apodo de «Padre Tocino», con el que se hizo muy popular.

Desde principios de los años ’50, AIN se esforzó por ayudar a la Iglesia perseguida en la Europa comunista. En 1962, a petición de Juan XXIII, la Asociación extendió su ayuda a América Latina y, más tarde, a África y Asia.

Además de las iniciativas encaminadas a paliar necesidades alimentarias, sanitarias y de desarrollo en general, «Ayuda a la Iglesia Necesitada» tiene por objetivo principal apoyar la labor pastoral de la Iglesia amenazada de estas regiones.

Tras la caída del Telón de Acero y por expreso deseo de Juan Pablo II, «Ayuda a la Iglesia Necesitada» empezó a establecer contacto con la Iglesia ortodoxa rusa para ayudar también a esta Iglesia gravemente afectada por el comunismo.

El objetivo principal de sus proyectos ecuménicos es propiciar un acercamiento entre ortodoxos y católicos, como prueba de amor desinteresado y camino a la reconciliación de ambas Iglesias hermanas.

Esta asociación dependiente de la Santa Sede cuenta hoy con filiales en diecisiete países. En su sede internacional de Königstein (Alemania) se tramitan anualmente unos diez mil proyectos presentados por sacerdotes, religiosos y obispos de más de 130 países del mundo.

Más información en www.ain-es.org .

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ZENIT Staff

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