Beato Ciriaco Elías Chavara

«Este hindú, fundador de la Congregación de la Madre del Carmelo, fue un apóstol de la Eucaristía, de la unidad y de la reconciliación. Realizó su intensa labor apostólica en Kerala, donde instituyó las Cuarenta Horas»

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En esta festividad del Santísimo Nombre de Jesús, la Iglesia celebra la vida de este beato que nació en Kainakary, Kerala, el 10 de febrero de 1805. Se convertiría en uno de los grandes defensores de la unidad de la Iglesia mediando en el grave conflicto creado por el prelado Thomas Rochos en el sur de la India. Su vida estuvo caracterizada desde la infancia por singular amor al Santísimo Sacramento y a María, a quien lo consagraron sus padres a los pocos días de nacer depositándolo ante Ella en el santuario de Nuestra Señora de Vechour. Debía su piedad a su madre que le enseñó a recitar las primeras oraciones antes de iniciar el descanso cotidiano; ambos las compartían en medio de gran recogimiento.

Integrado en la comunidad de rito siro-malabar, apenas despuntaba en su adolescencia cuando el P. Thomas Palackal, que atisbaba en el muchacho gestos inequívocos de virtud y clara aptitud hacia el sacerdocio, le animó a ingresar en el seminario de Pallipuram que estaba bajo su dirección. Antes de ser ordenado sacerdote, el beato perdió a sus padres y a un hermano, por lo cual unos parientes cercanos consideraron que era mejor que abandonara los estudios y ayudara a su sobrina, hija del hermano fallecido. Ciriaco asumió sus responsabilidades sin dejar la formación, y después de haber pasado por el seminario de Verapoly, fue ordenado sacerdote en 1829.

Al saber que el P. Palackal y el P. Perukkara, amigo de aquél, aspiraban a vivir una experiencia eremítica, se unió a ellos. En 1831 se iniciaba la construcción del monasterio de Mannanam que pusieron bajo el amparo de san José. La idea del prelado Mons. Stabilini era contar con un movimiento religioso indígena, labor que encomendó a estos sacerdotes. La comunidad creció y fue el germen de otro seminario colindante que sería de gran fecundidad para el clero, lo cual repercutió en la vida de los fieles. Signado por el espíritu de fidelidad y autenticidad, Ciriaco se convirtió en un pilar de la Iglesia en ese estado de la India y fue motivo de descanso para el vicario apostólico de Verapoly, que le encomendó misiones eclesiales relevantes. Entretanto, con el afán de contribuir a la formación de los fieles, se hizo con una imprenta de madera y con ella difundió la revista La flor del Carmelo, el periódico El Deepika y numerosos textos espirituales.

Hombre de oración, acostumbrado a pasar largas horas ante el Santísimo, recorría afanoso todas las parroquias de Kerala con una acción apostólica vigorosa que conllevaba numerosas bendiciones. En 1846 se convirtió en el superior del monasterio de Mannanam, ya que los sacerdotes que encabezaron la fundación junto a él habían fallecido. El incremento de vocaciones que se produjeron bajo su amparo dio lugar a la «Congregación de los Siervos de María Inmaculada del Monte Carmelo».

En 1858 se hicieron notorias las desavenencias entre sacerdotes de rito siro-malabar y el vicario apostólico de rito latino, Mons. Bacinelli. Los primeros llevaron los malos entendidos al patriarca caldeo José VI, con la esperanza de que designara un prelado afín a ellos. Roma no lo autorizó, pero el patriarca nombró a Thomas Rochos, quien hizo creer a los católicos que contaba con la aquiescencia de la Santa Sede intoxicando más aún las relaciones entre los fieles que aceptaron su versión. En la gravísima sima que se abrió acarreando la separación del legítimo vicario apostólico de Verapoly, Rochos no pudo anexionarse la fidelidad de Ciriaco que actuó con absoluta fidelidad a Roma. En calidad de vicario general para los siro-malabares, con sumo tacto y prudencia, impidió que se consumara un cisma. Todo su quehacer estuvo guiado por el anhelo de mantener la unidad y la reconciliación dentro de la Iglesia.

Amaba profundamente al Santo Padre. Era humilde, caritativo y misericordioso; un gran apóstol que vivía entregado a los demás. El rezo del rosario, la adoración al Santísimo y devoción por las llagas de Cristo, los dolores de María y los gozos y pruebas de san José, en los que meditaba y promovía entre sus hermanos, formaban parte de su quehacer y acción apostólica. En medio de sus múltiples quehaceres incluía la escritura, siempre con finalidad apostólica. Decía: «Los días en que no hemos ayudado a nadie no merecen considerarse entre los días útiles de nuestra vida».

Instituyó en Kerala las Cuarenta horas. Ha sido denominado «apóstol de la Eucaristía». Vivió volcado en los enfermos y en los desvalidos para los que fundó una casa. En 1866 fundó la Congregación de la Madre del Carmelo integrada por monjas carmelitas de rito siro-malabar. Este beato, primer prior general de los carmelitas de María Inmaculada, murió en Koonammavu, localidad india cercana a la de Kochi, el 3 de enero de 1871. Fue beatificado por Juan Pablo II el 8 de febrero de 1986.

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Isabel Orellana Vilches

Isabel Orellana Vilches Misionera idente. Doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona con la tesis Realismo y progreso científico en la epistemología popperiana. Ha cursado estudios de teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Con amplia actividad docente desde 1986, ha publicado libros como: Realismo y progreso científico en la epistemología popperiana, Universitat Autònoma de Barcelona, 1993; El evangelio habla a los jóvenes, Atenas, Madrid, 1997; Qué es... LA TOLERANCIA, Paulinas, Madrid, 1999; Pedagogía del dolor. Ensayo antropológico, Palabra, Madrid, 1999; En colaboración con Enrique Rivera de Ventosa (†) OFM. Cap. San Francisco de Asís y Fernando Rielo: Convergencias. Respuestas desde la fe a los interrogantes del hombre de hoy, Universidad Pontificia, Salamanca, 2001; La "mirada" del cine. Recursos didácticos del séptimo arte. Librería Cervantes, Salamanca, 2001; Paradojas de la convivencia, San Pablo, Madrid, 2002; En la Universidad Técnica Particular de Loja, Ecuador, ha publicado: La confianza. El arte de amar, 2002; Educar para la responsabilidad, 2003; Apuntes de ética en Karl R. Popper, 2003; De soledades y comunicación, 2005; Yo educo; tú respondes, 2008; Humanismo y fe en un crisol de culturas, 2008; Repensar lo cotidiano, 2008; Convivir: un constante desafío, 2009; La lógica del amor, 2010; El dolor del amor. Apuntes sobre la enfermedad y el dolor en relación con la virtud heroica, el martirio y la vida santa. Seminario Diocesano de Málaga, 2006 y Universidad Técnica Particular de Loja, Ecuador (2007). Cuenta con numerosas colaboraciones en obras colectivas, así como relatos, cuentos, fábula y novela juvenil, además de artículos de temática científica, pedagógica y espiritual, que viene publicando en distintas revistas nacionales e internacionales. En 2012 culminó el santoral Llamados a ser santos y poco más tarde Epopeyas de amor prologado por mons. Fernando Sebastián. Es la biógrafa oficial del fundador de su familia espiritual, autora de Fernando Rielo Pardal. Fundador de los Misioneros Identes, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2009. Culmina la biografía completa. Tiene a su cargo el santoral de ZENIT desde noviembre de 2012.

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