Benedicto XVI celebra misa en el Vaticano con sus ex-alumnos

Cualquiera sea el lugar que la historia quiera darnos, lo determinante es la responsabilidad delante de Dios

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Este domingo Benedicto XVI ha celebrado en el Vaticano la santa misa en la capilla de la Gobernación, con sus ex-alumnos y a pesar de que por primera vez no asistió al encuentro anual con ellos les pudo saludar.

El llamado «Ratzinger Schulerkreis» que se realiza desde hace 38 años para profundizar temas teológicos, este año inició el 29 de agosto y concluye este lunes 2 de septiembre. El mismo está porfundizando: ‘La cuestión de Dios en el contexto de la secularización’

Desde la renuncia de Benedicto XVI anunciada el 11 de febrero y que se hizo efectiva el 28 del mismo mes de este año, el papa emérito se ha retirado de la vida pública, dedicándose principalmente a la oración y al estudio, primero en Castel Gandolfo y ahora en el monasterio Mate Ecclesiae, en el Vaticano.

Unas cincuenta personas -indicó la Radio Vaticano- participaron a la misa concelebrada con el papa emérito por los cardenales Kurt Koch; los arzobispos Georg Gaenswein, Barthelemy Adoukonou y el obispo auxiliar de Hamburgo,Hans-Jochen Jaschke.

En su homilía Benedicto XVI, comentó el evangelio de hoy, del lugar que ocupa un invitado en un banquete y como quien se humilla será exaltado. “Cada uno en la vida quiere encontrar el puesto justo”, señaló el papa emérito, interrogándose: “¿Pero cuál es realmente el lugar justo?”. Y precisó que: “cualquiera sea el lugar que la historia quiera darnos, lo determinante es la responsabilidad delante a Él”.

“Quien en este mundo y en esta historia quizás se empuja hacia adelante y llega a los primeros puestos, debe saber que está en peligro; tiene que mirar aún más al Señor, medirse con Él, con la responsabilidad hacia los demás, debe volverse una la persona que sirve, que en realidad está sentado a los pies de los otros, y así bendice y a su vez se vuelve bendito”.

Y recordó que “Cristo, el hijo de Dios, baja para servirnos y esto es la esencia de Dios” que consiste en el “inclinarse hacia nosotros: el amor a sí y a los que sufren”.

El papa emérito indica los discursos durante la Última Cena, en donde los discípulos se pelean por los mejores lugares. Jesús en cambio se presenta como quien sirve. Él, nacido en el pesebre muere en la cruz y nos indica que el puesto mejor es aquel cercano a Él. Y que el apóstol en cuanto enviado de Cristo “es el último en la opinión del mundo” y por esto mismo está cerca de Jesús.

“Así, mismo en la lucha por la justicia en el mundo, no debemos nunca olvidarnos de la gratuidad de Dios, el continuo dar y recibir, y tenemos que reflexionar sobre el hecho que el Señor se dona a nosotros, que hay personas buenas que nos donan gratis su bondad, que nos soportan a título gratuito, que nos aman y que son buenas con nosotros gratuitamente; Y nosotros además debemos donar esta gratuidad para acercar así el mundo a Dio,s para volvernos similares a Él, para abrirnos a Él.

Benedicto XVI se detuvo también en el tema de la liturgia, inconmensurablemente grande porque nos une a las filas de ángeles y santos en la alegría del Señor, pero que renueva el sacrificio de Cristo que se humilla derramando su sangre en la eucaristía.

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ZENIT Staff

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