Benedicto XVI: El rito extraordinario en latín no se opone al Concilio

Afirmó a los periodistas del vuelo papal antes de aterrizar en Francia

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

PARÍS, viernes, 12 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Es infundado ver en la publicación del «motu proprio» sobre el rito extraordinario de la misa en latín como se celebraba antes del Concilio Vaticano II una vuelta atrás, afirmó este viernes el Papa Benedicto XVI a los periodistas que le acompañaban durante el vuelo papal a Francia.

Como es tradicional, el Papa se acercó a los 70 periodistas que le acompañaban en el avión y respondió durante unos diez minutos a cuatro preguntas, antes de aterrizar en el aeropuerto parisino de Orly.

Liturgia

Ante la pregunta de si es un retroceso para la Iglesia la publicación del motu proprio Summorum Pontificum sobre el rito extraordinario en latín de la misa (7 de julio de 2007), el Papa explicó «es un miedo infundado, pues este motu proprio es sencillamente un acto de tolerancia, con un objetivo pastoral, para personas que han sido formadas en esta liturgia, que la aman, la conocen, y quieren vivir con esta liturgia».

«Es un pequeño grupo, pues supone una formación en latín, una formación en una cierta cultura. Pero me parece una exigencia normal de la fe y de la pastoral para un obispo de nuestra Iglesia tener amor y tolerancia por estas personas y permitirles vivir con esta liturgia», reconoció el Papa.

«No hay oposición alguna entre la liturgia renovada por el Concilio Vaticano II y esta liturgia –aclaró–. Cada día, los padres conciliares celebraron la misa según el rito antiguo y, al mismo tiempo, han concebido un desarrollo natural para la liturgia en todo este siglo, pues la liturgia es una realidad viva, que se desarrolla y que conserva en su desarrollo su identidad».

«Por tanto, hay ciertamente acentos diferentes, pero una identidad fundamental que excluye una contradicción, una oposición entre la liturgia renovada y la liturgia precedente. Creo que existe una posibilidad de enriquecimiento de las dos partes».

«Está claro que la liturgia renovada es la liturgia ordinaria de nuestro tiempo», concluyó.

Laicidad

La primera pregunta había sido sobre la laicidad. El periodista preguntó al Papa si a causa de esta visión de la separación entre la Iglesia y el Estado Francia está perdiendo su identidad cristiana.

«Me parece evidente hoy que la laicidad no está en contradicción con la fe –comenzó diciendo el Papa–. Diría incluso que es un fruto de la fe, pues la fe cristiana era, desde el inicio, una religión universal, por tanto, no se identificaba con un Estado y estaba presente en todos los Estados».

«Para los cristianos siempre estaba claro que la religión y la fe no eran políticas, sino que formaban parte de otra esfera de la vida humana», indicó. «La política, el Estado, no eran una religión sino una realidad profana con una misión específica y las dos debían estar abiertas mutuamente».

En este sentido el Papa dijo a «los cristianos de hoy, en este mundo secularizado, que es importante vivir con alegría la libertad de nuestra fe, vivir la belleza de la fe, y mostrar al mundo de hoy que es bello ser creyente, que es bello conocer a Dios, Dios con un rostro humano en Jesucristo, mostrar la posibilidad de ser creyente hoy, e incluso que es necesario para la sociedad de hoy que haya hombres que conocen a Dios y que, por tanto, puedan vivir según los grandes valores que nos ha dado y contribuir a la presencia de valores que son fundamentales para la construcción y supervivencia de nuestros Estados y sociedades».

Amigo de Francia

Otra pregunta de los periodistas permitió al Papa confesar su admiración por Francia y su cultura.

«Amo a Francia, la gran cultura francesa, sobre todo, claro está, las grandes catedrales, y también el gran arte francés, la gran teología».

Tras recordar que ha mantenido contactos con algunos de los teólogos y pensadores franceses más grandes del siglo XX, confesó que este bagaje de amistades y experiencias: «ha determinado realmente, de manera profunda, mi desarrollo personal, teológico, filosófico y humano».

Lourdes

Por último, el Papa habló del motivo central de su viaje al país, la visita a Lourdes con motivo de los 150 años de las apariciones de la Virgen María.

El día de la fiesta de santa Bernadette, la muchacha testigo de estas apariciones,»es también el día de mi nacimiento. Por este motivo, me siento muy cercano a esta pequeña santa, esta pequeña joven, pura, humilde, que habló con la Virgen».

«Encontrar esta realidad, esta presencia de la Virgen en nuestra época, ver las huellas de esta pequeña joven que era amiga de la Virgen y, por otra parte, encontrar a la Virgen, su madre, es por otra parte un acontecimiento muy importante para mí».

«Naturalmente no vamos para encontrar milagros. Yo voy a encontrar el amor de la Madre, que es la verdadera curación para todos los dolores y para ser solidario con todos los que sufren, en el amor de la Madre. Éste me parece un signo muy importante para nuestra época», aclaró.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, pidió a los periodistas que viajaban con el Papa que presentaran las preguntas por escrito. Fueron leídas en francés y el Papa respondió en este idioma.

Según ha declarado el padre Lombardi estas cuatro respuestas «han dado verdaderamente un tono, una inspiración a quienes desean seguir al Santo Padre, comprendiendo verdaderamente el espíritu de su peregrinación y de su visita a Francia».

Jean-Marie Guénois, corresponsal del diario «Le Figaro», quien se encontraba en el avión pontificio, explicaba que en su encuentro con los periodistas «el Papa parecía muy sereno y en buena forma».

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación