Benedicto XVI exige apoyo para los cristianos de Oriente Medio

“Nadie puede permanecer indiferente” ante sus necesidades

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NICOSIA, sábado 5 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Al visitar este sábado a Su Beatitud Crisóstomos II, arzobispo ortodoxo de Nueva Justiniana y de todo Chipre, Benedicto XVI lanzó un llamamiento a la solidaridad con los cristianos en Oriente Medio, víctimas de situaciones de conflicto, que corren el riesgo de abandonar tierras en las que han vivido durante dos mil años.

Al visitar al pastor ortodoxo en su catedral, el Papa recordó que «Chipre se considera tradicionalmente parte de Tierra Santa, y la situación de conflicto permanente en Oriente Medio debe ser un motivo de preocupación para todos los seguidores de Cristo».

«Nadie puede permanecer indiferente ante la necesidad de apoyar en todo lo posible a los cristianos de esa región en conflicto, de modo que sus antiguas iglesias puedan vivir en paz y prosperar. Las comunidades cristianas de Chipre pueden encontrar un área más fructífera para la cooperación ecuménica en la oración y en trabajar juntos por la paz, la reconciliación y la estabilidad en las tierras bendecidas por la presencia terrenal del Príncipe de la Paz», aseguró.

Este domingo el Papa publicará el «Documento de trabajo», («Instrumentum laboris») del primer sínodo de los obispos de Oriente Medio de la historia que se celebrará en Roma en el mes de octubre, con la participación de «delegados fraternos» de las Iglesias ortodoxas.

Con su visita a Chipre Papa el Papa ha devuelto al arzobispo Crisóstomos II la visita que realizó al Vaticano en 2007, pocos meses después de haber sido elegido para esta misión, y le agradeció el que haya acogido a la Comisión Conjunta Internacional para el Diálogo Teológico con ocasión del encuentro del año pasado en Pafos, que discutió sobre el papel del obispo de Roma, tema decisivo para la plena unidad entre católicos y ortodoxos.

«Que el Espíritu Santo dirija y consolide esta gran iniciativa eclesial, que pretende restaurar la comunión plena y visible entre las Iglesias de Oriente y Occidente, una comunión que debe ser vivida en fidelidad al Evangelio y a la tradición apostólica, apreciando las legítimas tradiciones de Oriente y Occidente, y abierta a la diversidad de dones con los que el Espíritu edifica la Iglesia en unidad, santidad y paz», deseó el Papa.

Crisóstomos II desde su elección, en noviembre de 2006, se ha convertido en una de las figuras más importantes para el ecumenismo entre las Iglesias ortodoxas y en varias ocasiones ha manifestado públicamente su deseo de propiciar el primer encuentro de la historia entre el obispo de Roma y el patriarca ortodoxo de Moscú.

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ZENIT Staff

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