Benedicto XVI ha logrado su objetivo en Austria, asegura su portavoz

Balance del padre Federico Lombardi, S.I.

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 10 agosto 2007 (ZENIT.org).- El viaje de Benedicto XVI a Austria ha alcanzado sus objetivos, afirma el padre Federico Lombardi, S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede.

«Creo que la imágenes de la misa en el santuario mariano de Mariazell, bajo la lluvia, han sido el corazón simbólico» de este séptimo viaje apostólico internacional, celebrado del 7 al 9 de septiembre.

«Se vio al pueblo cristiano venido en peregrinación, peregrinó con el Santo Padre, a pesar de las dificultades, fue fiel, vivió con entusiasmo este encuentro con el Papa»,

Los tres días del Papa en tierras austríacas se han caracterizado por la lluvia, el frío y el viento, haciendo que cada uno de los encuentros públicos al aire libre se convirtiera para los presentes en una auténtica prueba.

La visita tenía por objetivo celebrar los 850 años del santuario mariano de Mariazell, centro de peregrinación para Austria y países del centro de Europa, que cada año acoge a un millón de personas.

«El Papa ha dicho varias veces, y se veía, que en Austria se siente en casa, pues es originario de Baviera, tierra vecina, sumamente unida desde el punto de vista cultural a Austria».

El padre Lombardi explica que escuchar hablar en alemán al Papa es algo diferente, pues en su lengua materna se expresa «con gran finura».

«Desde mi punto de vista, la homilía en Mariazell es uno de los discurso que he escuchado personalmente pronunciados por el mismo Papa con mayor fuerza y finura espiritual. Hemos podido tocar un punto verdaderamente alto».

En esta homilía, que según el padre Lombardi será recordada en el futuro, el pontífice analiza la crisis de Occidente y la atribuye al rechazo cultural de poder conocer la verdad.

Por otro lado, añade el portavoz, creo que la Iglesia austriaca, que ama al Santo Padre, está muy contenta», pues ha recibido un «mensaje de aliento, de cercanía del Papa», después de haber atravesado un período difícil, en parte, ligado a escándalos atribuidos al clero.

El consejo del padre Lombardi a todos los creyentes es el de disfrutar leyendo los discursos y homilías pronunciados por el Papa.

Los tres días del Papa han sido intensos. Nada más llegar el 7 de septiembre a Viena, tras ofrecer un homenaje a público a María ante la columna de la Virgen (Mariensäule), en la plaza Am Hof de Viena, recordó a los más de 65.000 judíos austriacos que perdieron la vida durante el nazismo ante el monumento conmemorativo de la Shoah, en la Plaza de los Judíos (Judenplatz).

En la tarde de ese día lanzó un llamamiento a Europa a redescubrir sus raíces cristianas y a defender el derecho fundamental a la vida en el encuentro con las autoridades y con el Cuerpo diplomático en el palacio imperial Hofburg.

El sábado estuvo dedicado al santuario de Mariazell, donde en la mañana celebró la multitudinaria misa y en la tarde participó en las vísperas marianas con los sacerdotes, los religiosos, los diáconos y los seminaristas.

El domingo comenzó con la santa misa en la catedral de San Esteban de Viena, y con la entrega de una carta a los niños austríacos de la Pontificia Obra de la Infancia Misionera, en la que les asegura que les considera como sus colaboradores en su ministerio como obispo de Roma.

Tras la visita a la abadía cisterciense de Heiligenkreuz, el viaje concluyó con el encuentro con el mundo del voluntariado en el Wiener Konzerthaus.

El Papa ha regresado a su residencia de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros al sur de Roma, donde desempeña sus actividades ordinarias hasta el final del verano.

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ZENIT Staff

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