Benedicto XVI inicia sus vacaciones preocupado por el sacerdote italiano secuestrado

El padre Bossi, del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras

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CIUDAD DEL VATICANO/LORENZAGO DI CADORE, lunes, 9 julio 2007 (ZENIT.org).- «Mi pensamiento se dirige cada día al padre Bossi»: es la declaración del Papa a los periodistas a su llegada, este lunes, a Lorenzo de Cadore.

«He hablado con el Sustituto [de la Secretaría de Estado del Papa]», «me ha dado las últimas informaciones»; «esperamos y rezamos para que el Señor nos ayude», expresó el Santo Padre, según cita el servicio informativo «Sir» del episcopado italiano.

Para el martes, día en que se cumplirá un mes de este secuestro perpetrado en Filipinas, el Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME), al que pertenece el padre Giancarlo Bossi, ha convocado una jornada internacional de oración «intensa y especial» por él.

Además de informarse directamente con el sustituto de la Secretaría de Estado [el arzobispo Fernando Filoni], el Papa también había pedido noticias sobre el misionero desaparecido al arzobispo e Zamboanga, monseñor Romulo G. Valles, saludándole en la ceremonia de entrega del palio arzobispal el pasado 29 de junio, confirma la agencia del PIME «AsiaNews».

«Y pocos días antes -añade-, al término de la audiencia del 13 de junio en la Plaza de San Pedro, el padre Giuseppe Buono del PIME pudo hablar con el Papa y pedirle una bendición especial para el padre Giancarlo. Benedcio XVI le aseguró: «No sólo una bendición, sino el recuerdo constante en la oración»».

Acogida cálida y festiva

El Santo Padre partió es lunes, a las 10.30 horas, del aeropuerto romano de Ciampino y aterrizó en el de Treviso-Istrana una hora más tarde.

A su llegada a Veneto, el Papa fue acogido por monseñor Andrea Bruno Mazzocato –obispo de Treviso-, por el presidente regional Giancarlo Galan, otras autoridades civiles y más de dos mil personas, confirma «Radio Vaticana».

Desde allí viajó en helicóptero hasta Lorenzago, donde llegó a las 12.30. En esta localidad alpina permanecerá hasta el 27 de julio, fecha de su regreso al Palacio Apostólico de Castelgandolfo (cerca de Roma), donde residirá hasta finales de septiembre.

Cientos de residentes, entre ellos numerosos niños de escuelas locales, recibieron al Papa en Lorenzago de Cadore, junto al obispo de Belluno-Feltre –monseñor Giuseppe Andrich-, y el alcalde Mario Tremonti.

«Una acogida muy calurosa»: así define –en la emisora pontifica- el enviado de «Avvenire», Salvatore Mazza, el recibimiento que ha tenido el Papa en Lorenzago de Cadore.

El Santo Padre intercambió algún diálogo con los niños y con los periodistas presentes, «quienes le preguntaron también si tenía un programa de trabajo particular, si tenía alguna Encíclica en preparación; el Papa respondió: «Veremos, eventualmente». Cosa que significa, en cualquier caso, que, como siempre, éste es para él un momento de reposo, sí, pero también un período de trabajo, de estudio y de reflexión», expresa Mazza.

Desde la última vez que estuvo Juan Pablo II, hace unos diez años, Lorenzago di Cadore esperaba la visita del Papa. Así que el lugar está viviendo un momento de gran alegría; hay banderas por todas partes y las ventanas están llenas de flores.

Por sus paisajes, la localidad se cuenta entre las más bellas de los Alpes. Se han preparado alrededor de la casa que aloja al Papa senderos para que pueda pasear libremente, en completa tranquilidad.

La diócesis de Belluno-Feltre (de la que es originario Juan Pablo I), hizo sonar sus campanas el domingo y el lunes, a mediodía, en señal de bienvenida a Benedicto XVI .

Durante su estancia, el Papa rezará el Ángelus dominical el 15 y el 22 de julio, junto a los fieles y peregrinos, en el Castillo de Mirabello y en la plaza de Lorenzago di Cadore, respectivamente.

El próximo miércoles, en la iglesia parroquial en Lorenzago de Cadore, se ofrecerá un concierto en honor de Benedicto XVI por el día de su santo.

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ZENIT Staff

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