Benedicto XVI: la Iglesia no es una organización social como otras

En la audiencia a los peregrinos de la diócesis de Altamura-Gravina

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ROMA, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- “La Iglesia no es una organización social, filantrópica, como hay muchas: esta es la Comunidad de Dios”. Es lo que dijo Benedicto XVI al recibir, el sábado por la mañana, en el Aula Pablo VI, a los fieles de Altamura-Gravina-Acquaviva delle Fonti, comprometidos en el primer Sínodo pastoral diocesano.

Dirigiéndose a las más de 7.000 personas que salieron de Murgia para tomar parte de la audiencia, el Papa recordó que la Iglesia “es la Comunidad que cree, que ama, que adora al Señor Jesús y abre las “velas” al soplo del Espíritu Santo, y por esto es una comunidad capaz de evangelizar y de humanizar”.

Esto porque, afirmó, en el actual momento histórico “marcado, por luces y sombras”, muchos hombres y mujeres “necesitan encontrarse con Cristo”.

De hecho, continuó, “asistimos a comportamientos complejos: encerrarse en sí mismos, narcisismo, deseo de poseer y de consumir, sentimientos y afectos desligados de la responsabilidad. Muchas son las causas de esta desorientación, que se manifiesta en un profundo malestar existencial, pero en el fondo de todo se puede entrever la negación de la dimensión trascendente del hombre y de la relación básica con Dios”.

De ahí su exhortación “es decisivo que las comunidades cristianas promuevan recorridos válidos y comprometidos con la fe”. Se debe prestar una particular atención, destacó el Papa, a la educación en la vida cristiana, “para que toda persona pueda realizar un auténtico camino de fe, a través de las diversas edades de la vida”.

La contribución determinante es de la familia: “Queridos padres, ¡sois los primeros testigos de la fe!. No tengáis miedo de las dificultades en las que estáis llamados a realizar vuestra misión. ¡No estáis solos!. La comunidad cristiana está cerca de vosotros y os sostiene. La catequesis acompaña a vuestros hijos en su crecimiento humano y espiritual, pero está considerada como una formación permanente, no limitada a la preparación para recibir los Sacramentos”.

El Papa destacó también la participación en la Misa dominical como “decisiva para la familia, para toda la comunidad” y recordó que en los Sacramentos, “sobre todo en la Eucaristía, el Señor Jesús actúa para la transformación de los hombres”. Importante también “valorar” las iniciativas de voluntariado existentes en la diócesis, “para formar personas solidarias, abiertas y atentas a las situaciones de malestar espiritual y material”.

Dirigiendo entonces un pensamiento especial a los sacerdotes, el Santo Padre los animó a ser “siempre conscientes del don recibido”, para anunciar “el Evangelio con valentía y fidelidad”, a ser “testigos de la misericordia de Dios” y a “indicar la verdad, no temiendo el diálogo con la cultura y con los que están buscando a Dios”.

Al principio de la audiencia, monseñor Mario Paciello, en un breve discurso de saludo, invitó al Papa a visitar la diócesis en ocasión del Congreso eucarístico diocesano, programado para el próximo año, como conclusión de las asambleas sinodales: “Dedique uno de sus viajes apostólicos al Sur de Italia, a nuestra diócesis, que dio la vida a dos de Sus ilustres predecesores, Inocencio XII y Benedicto XIII”.

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ZENIT Staff

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