Benedicto XVI llama la atención del G8 sobre el papel social de la religión

Con motivo del encuentro de líderes religiosos que precede la cumbre de L’Aquila

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 17 de junio de 2009 (ZENIT.org).- En plena crisis económica, Benedicto XVI ha llamado la atención de los líderes de la comunidad internacional, especialmente de los que forman parte del grupo de los siete países más industrializados y Rusia (G8), sobre el papel social que desempeña la religión.

El pontífice ha invitado además a la cumbre del G8, que se celebrará en la ciudad italiana de L’Aquila, del del 8 al 10 de julio, a adoptar medidas que promuevan el bien común.

El Papa dejó su mensaje al final de la audiencia del miércoles al dirigirse a los participantes en la conferencia internacional de diálogo interreligioso, que se ha organizado en Roma entre el 16 y 17 de junio para la elaboración de un documento conjunto de los representantes religiosos que se entregará a los líderes del G8.

El encuentro interreligioso es organizado por la Conferencia Episcopal Italiana en colaboración con el Ministro de Asuntos Exteriores.

«Confío –confesó el Papa– en que llamará la atención de los líderes políticos mundiales sobre la importancia de las religiones para el tejido social de toda sociedad y sobre el serio deber de garantizar que sus deliberaciones y sus políticas apoyen y promuevan el bien común».

Por este motivo, el Papa invocó en la plaza de San Pedro «sobre todos aquellos que participan en el encuentro la abundancia de las bendiciones del omnipotente».

Entre los participantes en este encuentro interreligioso se encuentran Su Beatitud Aram I, Catholicós de Cilicia de los Armenios; el ex rabino jefe del ejército israelí, Mordechai Piron; el Gran Mufti de Sarajevo Mustava Ceric; y el presidente de la Rissho Kosei Kai de Japón, Nichiko Niwano.

Otros participantes son el arcipreste George Riabykh, del patriarcado de Moscú; el reverendo Nikolaus Schneider, de la Iglesia Evangélica de Rhineland (Alemania); el reverendo Leonid Kishkovsky, de la Conferencia de Religiones por la Paz (Estados Unidos).

Entre los representantes católicos, se encuentra el presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, el cardenal Jean-Louis Tauran; el obispo Vincenzo Paglia, presidente de la Comisión Episcopal Italiana para el Ecumenismo y el Diálogo; Maria Voce, presidenta del Movimiento de los Focolares; y Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio.

Los representantes fueron recibidos este martes por el presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, quien subrayó que es «esencial un restablecimiento de los valores espirituales y morales que han quedado en buena parte ausentes» en las decisiones «de muchos sujetos económicos y políticos del mundo en los años pasados».

Valores, dijo, que podemos encontrar precisamente en las religiones. El presidente, antiguo militante comunista, afirmó que según su visión «reconocemos plenamente que el hecho religioso, la presencia religiosa» tienen «una dimensión pública y un valor público».

La cumbre comenzó el martes por la mañana con una visita de más de cien líderes religiosos a las poblaciones de L’Aquila, golpeadas por el terremoto del 6 de abril, y estaba prevista su conclusión en la tarde de este miércoles con la aprobación del documento final.

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ZENIT Staff

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