Benedicto XVI manifiesta su reconocimiento a los Guardias Suizos

En el quinto centenario de la creación de este Cuerpo militar

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo 22 enero 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI manifestó este domingo su «aprecio» y «reconocimiento» al conmemorar el quinto centenario de la fundación de la Guardia Suiza.

El 22 de enero de 1506, el Papa Julio II (1503-1513) acogió y bendijo al primer contingente de Guardias Suizos, venidos a Roma para asegurar la defensa de su y del Palacio Apostólico.

El Papa recordó este acontecimiento tras rezar el Ángelus este domingo con miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano y saludó «con alegría a cuantos conforman hoy este benemérito Cuerpo, al que, en signo de aprecio y reconocimiento, imparto de corazón una bendición apostólica especial».

Poco antes, el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado y decano del Colegio Cardenalicio, presidía en la Capilla Sextina la santa misa para los miembros de la Guardia Suiza con motivo del inicio de las celebraciones de estos quinientos años.

El purpurado recordó que, cuando prestan juramento, los Guardias Suizos juran «servir fiel, leal y honorablemente al Sumo Pontífice y a sus legítimos sucesores con todas sus fuerzas, sacrificando, cuando sea necesario, incluso la vida por su defensa».

«¡Que esta fidelidad sea siempre vuestro lema!», les deseó.

Al explicar los motivos por los que se creó la Guardia Suiza, el cardenal Sodano citó una frase de Ulrich Zwinglio, fundador de la Iglesia Reformada Suiza, pronunciada antes de abandonar la Iglesia católica.

«Los suizos ven la triste situación de la Iglesia de Dios, la Madre de la Cristiandad, y consideran que es grave y peligroso el que cualquier tirano pueda agredir impunemente por codicia a la Madre común de la Cristiandad», afirmaba Zwingli.

El cardenal Sodano invitó a los Guardias Suizos a «amar cada vez más a la Iglesia de Cristo».

El amor por la Iglesia llevó a los Guardias Suizos a dar la vida por el Papa en el Saqueo de Roma (6 de mayo de 1527).

De los 189 Guardias Suizos, sólo 42 sobrevivieron al ataque de las tropas del emperador Carlos V en defensa del Papa Clemente VII, a quien acusaban de mantener una política favorable a Francia. El pontífice se salvó al refugiarse en el castillo de San Ángel, cercano al Vaticano.

Entre los caídos al servicio del Papa se encuentran también el anterior comandante de la Guardia, Alois Estermann y su esposa, asesinados en la noche del 4 de mayo de 1998, por el joven guardia suizo Cedric Tornay, en un ataque de locura.

Con motivo del centenario el próximo 6 de mayo, por primera vez, el juramento de los nuevos reclutas de la Guardia Suiza tendrá lugar en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

En la noche de ese día se ofrecerá un espectáculo de fuegos artificiales sobre el Castillo de San Ángel.

Se ha previsto también la emisión de sellos vaticanos dedicados a los 500 años de la fundación de la Guardia Suiza Pontificia, que por primera vez se realiza de manera conjunta por Suiza y la Ciudad del Vaticano. El realizador, añadió, es el artista suizo y ex Guardia Suizo Rudolf Mirer.

Mirer también ha creado una medalla de oro que ha sido acuñada por Suiza para conmemorar el quinto Centenario.

La Guardia Suiza Está compuesta por cien soldados –cuatro oficiales, 23 mandos intermedios, 70 alabarderos, 2 tamborileros– y un capellán.

Los reclutas deben ser varones suizos de entre 19 y 30 años de edad y de fe católica. Deben superar los 174 centímetros de estatura, ser solteros y haber cumplido una instrucción básica con el ejército suizo.

Aunque la creencia popular es que los uniformes fueron diseñados por Miguel Ángel, el actual diseño fue creado en torno a 1915.

[Más información en http://www.schweizergarde.org]

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ZENIT Staff

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