Benedicto XVI: Paz para Tierra Santa

Intervención durante el Ángelus

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 25 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que pronunció Benedicto XVI este domingo al rezar la oración mariana del Ángelus tras la concelebración eucarística con los 23 nuevos cardenales en la que les entregó el anillo cardenalicio.

* * *

Queridos hermanos y hermanas:

El martes próximo, en Annapolis, en los Estados Unidos, israelíes y palestinos, con la ayuda de la comunidad internacional, pretenden relanzar el proceso de negociación para encontrar una solución justa y definitiva al conflicto que desde hace sesenta años ensangrienta Tierra Santa y que tantas lágrimas y sufrimientos ha provocado en los dos pueblos.

Os pido que os unáis a la Jornada de Oración convocada para hoy por la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos para implorar del Espíritu de Dios la paz para esa región tan querida por nosotros y los dones de la sabiduría y de la valentía para todos los protagonistas del importante encuentro.

Después de la conclusión de la solemne celebración de hoy, deseo dirigir mi cordial saludo a los presentes, incluidos quienes se quedaron en el exterior de la Basílica. Expreso gratitud especial a los fieles que han venido de lejos para acompañar a los nuevos cardenales y participar en este acontecimiento, que manifiesta de manera singular la unidad y la universalidad de la Iglesia católica. A las distinguidas autoridades civiles, les renuevo mi saludo deferente.

[A continuación, el Papa habló en francés, inglés y alemán. En español, dijo: ]

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española. De modo especial, a los Obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y fieles que habéis venido de Argentina, España y México, acompañando a los nuevos Cardenales. Pidamos al Espíritu Santo, por intercesión de la Virgen María, que los sostenga e ilumine con su gracia para que, llenos de amor a Dios y estrechamente unidos al Sucesor de Pedro, continúen entregando fielmente su vida al servicio de la Iglesia y de los hombres. ¡Feliz solemnidad de Cristo Rey!

[Tras hablar en portugués y polaco, volvió hablar en italiano para decir:]

Nos disponemos ahora a rezar, como de costumbre, la oración del Ángelus. En ocasiones como ésta, se siente aún más viva la presencia espiritual de María Santísima. Como en el Cenáculo de Jerusalén, se encuentre en medio de nosotros y nos acompaña en esta etapa del camino eclesial. A la Virgen le queremos encomendar los nuevos miembros del Colegio cardenalicio para que ayude a cada uno de ellos, así como para todos los ministros de la Iglesia, a imitar siempre a Cristo en el servicio generoso a Dios y a su Pueblo, para participar en su gloriosa realeza.

Traducción del original italiano realizada por Zenit
© Copyright 2007 – Libreria Editrice Vaticana

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ZENIT Staff

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