Benedicto XVI peregrino al corazón materno de Austria

Ceremonia de bienvenida en el aeropuerto de Viena

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VIENA, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Al llegar a Viena en la mañana de este viernes, Benedicto XVI explicó que en su séptimo viaje apostólico internacional viene como peregrino al corazón maternal de Austria.

El objetivo fundamental de la visita de tres días a este país, al que considera casi como una segunda patria, pues lo conoce desde la infancia, es la celebración de los 850 años de la fundación del lugar sagrado de Mariazell.

«Este santuario de la Virgen representa en cierto sentido el corazón maternal de Austria y posee desde siempre una particular importancia para los húngaros y para los pueblos eslavos», explicó el Papa en su discurso de llegada.

El santuario, que cada año acoge a más de un millón de peregrinos, añadió, es «símbolo de una apertura que no sólo supera fronteras nacionales, sino que en la persona de María presenta una dimensión esencial del hombre: la capacidad para abrirse a la Palabra de Dios y a su verdad».

Explicando el espíritu de su viaje, el obispo de roma añadió: «guiados y alentados por María, queremos agudizar la mirada cristiana para afrontar los desafíos con el espíritu del Evangelio y, llenos de gratitud y esperanza, por un pasado que en ocasiones ha sido difícil, pero siempre rico de gracia, nos encaminamos hacia un futuro lleno de promesas».

Austria acogió al Santo Padre con los honores militares y con las afectuosas palabras de bienvenida del presidente de la República, Heinz Fischer.

La lluvia, que desde hace días baña sin interrupción Viena, condición la ceremonia de acogida, prevista en un primer momento al aire libre, y después celebrada en uno de los hangares del aeropuerto.

El primer discurso del Papa se convirtió de este modo en una meditación sobre la palabra «peregrinación».

«Concibo mi peregrinación a Mariazell como un ponerme en camino junto a los peregrinos de nuestro tiempo», aclaró.

El lema de la visita apostólica es «Mirar a Cristo», actitud mostrada por la estatua de la Virgen de Mariazell. El poblado donde se encuentra el santuario, enclavado en el corazón de Austria, a unos 160 kilómetros al sudoeste de Viena, cuenta con unos dos mil habitantes. Es una pequeña estación de montaña, a 870 metros de altura. El Papa celebrará la misa este sábado en el santuario.

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ZENIT Staff

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