Benedicto XVI pide despertar las conciencias para defender la vida

Al recibir al tercer grupo de obispos brasileños en visita ad limina

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo 15 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- “Hablad al corazón de vuestro pueblo, despertad las conciencias, reunid las voluntades en un esfuerzo conjunto contra la creciente ola de violencia y menosprecio por el ser humano”, pidió el Papa este sábado en su discurso a los obispos de la Región Sur 1 de la Conferencia Episcopal de Brasil.

Dirigiéndose al tercer grupo de obispos brasileños presentes en el Vaticano para la visita “ad limina Apostolorum”, Benedicto XVI afirmó que el ser humano “de don de Dios acogido en la intimidad amorosa del matrimonio entre un hombre y una mujer, ha pasado a ser visto como mero producto humano”.

Contra esta visión distorsionada del ser humano, el Santo Padre destacó que “la convicción de la recta razón y la certeza de fe de que la vida del ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural, pertenece a Dios y no a los hombres, le confiere ese carácter sagrado y esa dignidad personal que suscita una única actitud legal y moral correcta, es decir, la del profundo respeto”.

“Nunca podemos desanimarnos en nuestra llamada a la conciencia -dijo-. No seríamos seguidores fieles de nuestro Divino Maestro, si no supiéramos en todas las situaciones, también en las más arduas, llevar nuestra esperanza”.

Y añadió: “Continuad trabajando por el triunfo de la causa de Dios, no con el ánimo triste de quien advierte sólo carencias y peligros, sino con la firme confianza de quien sabe poder contar con la victoria de Cristo”.

Refiriéndose a Brasil, Benedicto XVI destacó: “Vuestro pueblo abriga en el corazón un gran sentimiento religioso y nobles tradiciones, arraigadas en el cristianismo” que los obispos “procuráis mantener, defender, extender, profundizar, vivificar”.

“Al regocijarme vivamente con todo esto -aseguró-, os exhorto a proseguir esta obra de constante y metódica evangelización, conscientes de que la formación verdaderamente cristiana de la conciencia es decisiva para una profunda vida de fe y también para la madurez social y el verdadero y equilibrado bienestar de la comunidad humana”.

Sobre esta cuestión, el Papa indicó también que, “para merecer el título de comunidad, un grupo humano debe corresponder, en su organización y en sus objetivos, a las aspiraciones fundamentales del ser humano”.

“Por eso no es exagerado afirmar que una vida social auténtica empieza en la conciencia de cada uno”, declaró.

Y continuó: “Dado que la conciencia bien formada lleva a realizar el verdadero bien del hombre, la Iglesia, especificando cuál es este bien, ilumina al hombre y, a través de toda la vida cristiana, procura educar su conciencia”.

“La enseñanza de la Iglesia, debido a su origen -Dios-, a su contenido -la verdad- y a su punto de apoyo -la conciencia- encuentra un eco profundo y persuasivo en el corazón de cada persona, creyente o no creyente”, aseguró.

Y añadió: “la cuestión de la vida y de su defensa y promoción no es prerrogativa únicamente de los cristianos”, sino que “pertenece a cada conciencia humana que aspira a la verdad y vive atenta y aprehensiva a la suerte de la humanidad”.

Sobre la defensa de la vida y, tomando como referencia la encíclica “Caritas in veritate”, Benedicto XVI explicó que “hoy, un campo primario y crucial de lucha cultural entre el absolutismo de la técnica y la responsabilidad moral del hombre es el de la bioética, donde se juega radicalmente la propia posibilidad de un desarrollo humano integral”.

Los obispos de la Región Sur 1 de Brasil, la del Estado de São Paulo (donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora Aparecida) son el tercer grupo de obispos brasileños que realiza la visita “ad limina Apostolorum”, después de los de las regiones occidentales y los de la región Nordeste, recibidos por el Papa en Castel Gandolfo los pasados 8 y 17 de septiembre, respectivamente.

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ZENIT Staff

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