Benedicto XVI pide “eliminar toda forma de racismo e intolerancia”

Ante la apertura mañana de la Conferencia de la ONU contra la discriminación racial

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo 19 de abril de 2009 (ZENIT.org).- El Papa afirmó hoy, durante el rezo del Regina Coeli con los peregrinos reunidos en Castel Gandolfo, que “sólo el reconocimiento de la dignidad del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, puede constituir una referencia segura” en la lucha contra el racismo.

El Papa hizo estas declaraciones en referencia a la celebración, a partir de mañana en Ginebra (Suiza), de la Conferencia de examen de la Declaración de Durban de 2001 contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la relativa intolerancia.

Se trata, explicó, “de una iniciativa importante porque aún hoy, a pesar de las enseñanzas de la historia, se registran estos fenómenos deplorables”.

El Papa citó la propia Declaración, que define a la humanidad como una “familia” unida a pesar de la diversidad, y que defiende la tolerancia como necesaria para el progreso de la civilización.

“A partir de estas afirmaciones se requiere una acción firme y concreta, a nivel nacional e internacional, para prevenir y eliminar toda forma de discriminación y de intolerancia”, explicó el Papa, subrayando el papel fundamental de la educación en esta tarea.

“Es necesaria, sobre todo, una vasta obra de educación, que exalte la dignidad de la persona y tutele sus derechos fundamentales”, aclaró.

“La Iglesia, por su parte, reafirma que sólo el reconocimiento de la dignidad del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, puede constituir una referencia segura para este empeño”.

Del reconocimiento de que toda persona tiene su origen y el fundamento de su dignidad en Dios, añadió el Papa, “brota un destino común de la humanidad, que debería suscitar en cada uno y en todos un fuerte sentido de solidaridad y de responsabilidad”.

Por último, expresó su deseo de que los participantes en la reunión “trabajen juntos, con espíritu de diálogo y de acogida recíproca, para poner fin a toda forma de racismo, discriminación e intolerancia, marcando así un paso fundamental hacia la afirmación del valor universal de la dignidad del hombre y de sus derechos, en un horizonte de respeto y de justicia para toda persona y pueblo”.

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ZENIT Staff

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