Benedicto XVI pide que Turquía reconozca jurídicamente a la Iglesia

Al recibir a los obispos del país en visita «ad limina apostolorum»

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 2 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- En nombre de la laicidad que inspira la Constitución de Turquía, Benedicto XVI pidió este lunes a ese país reconocer jurídicamente a la Iglesia católica.

El Papa aprovechó su encuentro con los obispos de la Conferencia Episcopal turca, que han visitado Roma con motivo de su quinquenal visita «ad limina apostolorum», para repasar la situación de la pequeña comunidad católica que vive en ese país de mayoría musulmana (98%).

Recordando que la Iglesia está viviendo el año del bimilenario del nacimiento de San Pablo, que tuvo lugar en la actual Turquía, el pontífice comenzó pidiendo a las autoridades que faciliten el acceso de los peregrinos «a esos lugares tan significativos para la fe cristiana, así como a las celebraciones de culto».

Turquía fue cuna de algunas de las primeras comunidades cristianas más florecientes, acogió durante un tiempo a san Juan y a la Virgen María, según la tradición, y es dio a luz a numerosos padres de la Iglesia.

En los lugares o incluso templos que custodian estas memorias, en ocasiones a la comunidad cristiana no se le permite celebrar el culto.

Repasando después los desafíos que afronta la comunidad cristiana en la Turquía moderna, el Papa constató que «vive en una nación regida por una Constitución que afirma la laicidad del Estado, pero en la que la mayoría de los habitantes es musulmana».

«Por tanto, es muy importante que cristianos y musulmanes puedan comprometerse juntos a favor del hombre, de la vida, así como de la paz y la justicia».

De hecho, aclaró, «la distinción entre la esfera civil y la esfera religiosa es ciertamente un valor que debe ser protegido».

«No obstante en ese ámbito, le corresponde al Estado garantizar con eficacia a todos los ciudadanos y a todas las comunidades religiosas la libertad de culto y la libertad religiosa, siendo inaceptable toda violencia contra los creyentes, cualquiera que sea su religión».

En ese contexto, aseguró el Papa, «soy consciente de vuestro deseo y vuestra disponibilidad para entablar un diálogo sincero con las autoridades y encontrar una solución a los diversos problemas planteados a vuestras comunidades, como el del reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia católica y de sus bienes».

«Ese reconocimiento tendrá necesariamente consecuencias positivas para todos», recalcó.

En este contexto, propuso que «se establezcan contactos permanentes, por ejemplo a través de una comisión bilateral para estudiar las cuestiones que todavía quedan por resolver».

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ZENIT Staff

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