Benedicto XVI pide redescubrir la sabiduría del Oriente cristiano

Audiencia al Pontificio Instituto Oriental que cumple 90 años

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 6 diciembre 2007 (ZENIT.org).- La sabiduría del Oriente cristiano es una herencia que hay que valorizar en el compromiso ecuménico, afirmó este jueves Benedicto XVI al recibir a una delegación del Pontificio Instituto Oriental.

La audiencia tuvo lugar en el nonagésimo aniversario de fundación de esta institución, surgida por intuición del Papa Benedicto XV, quien quiso de este modo crear un centro cultural de formación dedicado al estudio del enorme patrimonio espiritual de las Iglesias orientales.

En su discurso, el Papa recordó la figura de ese Papa, que levantó la voz contra la «inútil matanza» de la primera guerra mundial, suscitando «un plan concreto de paz, un plan detallado que por desgracia no tuvo seguimiento».

De hecho, añadió el pontífice, «para asegurar la paz dentro de la Iglesia» instituyó en el transcurso de pocos meses, la Congregación para la Iglesia Oriental (más tarde llamada «para las Iglesias Orientales») y después el Pontificio Instituto Oriental que en 1922 fue confiado por Pío XI a la Compañía de Jesús.

«Períodos difíciles pusieron en ocasiones a dura prueba a estas comunidades eclesiales que, a pesar de que están físicamente lejos de Roma, siempre han permanecido cercanas gracias a su fidelidad a la Sede de Pedro»¸ constató.

«Su progreso y su firmeza en las dificultades habrían sido impensables sin el apoyo constante que han podido encontrar en ese oasis de paz y de estudio que es el Pontificio Instituto Oriental», añadió.

El Santo Padre dedicó palabras de elogio a la biblioteca del Instituto, «famosa y con motivo en todo el mundo por ser una de las mejores sobre el Oriente cristiano», en la que se custodian 180 mil volúmenes, lugar de estudio de profesores e investigadores de todo el mundo.

El Papa anunció que quiere «hacerla crecer ulteriormente, como signo del interés de la Iglesia de Roma por el conocimiento del Oriente cristiano y como instrumento para eliminar eventuales prejuicios que podrían dañar la cordial y armoniosa convivencia entre los cristianos».

«Estoy convencido de que el apoyo dado al estudio tiene también una eficaz repercusión ecuménica, pues recurrir al patrimonio de la sabiduría del Oriente cristiano enriquece a todos», continuó.

Se trata de «tesoros preciosos no sólo para los estudiosos, sino también para todos los miembros de la Iglesia», comentó el obispo de Roma.

Por Mirko Testa

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ZENIT Staff

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