«Nada más conocer el accidente, el Papa se retiró a su capilla privada para rezar por las víctimas del desastre y por las familias afectadas», agregó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En la tarde de este día se esperaba en Valencia un telegrama de condolencias al arzobispo de Valencia, Monseñor García-Gasco.
Además de las 34 personas que han fallecido en el accidente, cuando dos vagones volcaron a las 13,00 horas del lunes en la línea 1 del Metro en el barrio de Patraix, un total de 32 personas han sido atendidas en diferentes hospitales de la ciudad que desde el sábado está celebrando el V Encuentro Mundial de las Familias.
Las autoridades aseguran que se trata de un accidente y no de un atentado.
Benedicto XVI clausurará el Encuentro el próximo 9 de julio con una celebración eucarística multitudinaria. Llegará a la ciudad del Mediterráneo el día anterior.
Los organizadores han explicado que el lugar del accidente no era cercano a los lugares del Encuentro de las Familias, motivo por el cual creen que ninguno de los miles de peregrinos que ya han llegado a Valencia se encuentran entre las víctimas.
Al cierre de esta edición, los organizadores estaban pensando en organizar un gran encuentro de oración por las víctimas, los heridos y los seres queridos de los afectados por el accidente.
