Benedicto XVI: "Sólo abriéndose a la luz se encuentra la verdadera paz"

Palabras del papa en la introducción del rezo del Ángelus

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo 18 marzo 2012 (ZENIT.org).- A mediodía de este domingo, IV de Cuaresma, el santo padre Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para recitar el Ángelus con los fieles y los peregrinos congregados en la plaza de San Pedro. Ofrecemos las palabras del papa en la introducción a la oración mariana.

El papa inició sus palabras recordando que Cuaresma es tiempo de desierto y en el horizonte de este se vislumbra la Cruz.

«Jesús sabe que esa es la culminación de su misión: en efecto, la cruz de Cristo es la cumbre del amor, que nos da la salvación», subrayó el santo padre tal como da cuenta el evangelio del día.

Es una referencia al episodio en el que, durante el éxodo de Egipto, los judíos fueron atacados por serpientes venenosas y muchos murieron; entonces Dios ordenó a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la pusiera sobre un asta: si alguno era mordido por las serpientes, mirando la serpiente de bronce, era sanado.

«Incluso Jesús será levantado sobre la cruz, para que todo el que se encuentre en peligro de muerte a causa del pecado, dirigiéndose con fe a Él, que murió por nosotros, sea salvado», señaló el papa.

Recordó lo que afirma san Agustín: «El médico, por lo que le concierne, viene a curar al enfermo. Si uno no sigue las prescripciones del médico, se arruina a sí mismo. El Salvador vino al mundo… Si tú no quieres ser salvado por él, te juzgarás por ti mismo».

«A veces, el hombre ama más las tinieblas que la luz –dijo el papa–, porque está apegado a sus pecados. Sin embargo, sólo abriéndose a la luz, y sólo confesando con franqueza las propias culpas a Dios, es que se encuentra la verdadera paz y la verdadera alegría. Es importante, entonces, acercarse al sacramento de la penitencia con regularidad, especialmente en la Cuaresma, para recibir el perdón del Señor y fortalecer nuestro camino de conversión».

Benedicto XVI recordó que mañana se celebra la fiesta de san José, que es su santo. A este respecto, dijo: «Agradezco sinceramente a todos aquellos que me recordarán en la oración, en el día de mi onomástico».

Para leer el texto completo de las palabras del papa: http://www.zenit.org/article-41752?l=spanish.

Al término del rezo del Ángelus, el papa se dirigió en su idioma a los distintos grupos lingüísticos.

A los de habla castellana les dijo: «Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo del Pontificio Colegio Mexicano de Roma, así como a los fieles provenientes de Tarragona, Ferrol y Madrid, y los exhorto a dirigir su mirada a Jesucristo, que levantado como estandarte en medio del mundo, es causa de salvación para el género humano».

Al mismo tiempo pidió que se rece por su próximo viaje: «Suplico oraciones por mi próximo viaje apostólico a México y Cuba, donde tendré la dicha de ir dentro de unos días para confirmar en la fe a los cristianos de esas amadas naciones y de toda Latinoamérica. Invito a todos a acompañarme con su cercanía espiritual, para que en esta visita pastoral se cosechen abundantes frutos de vida cristiana y renovación eclesial, que contribuyan al auténtico progreso de esos pueblos. Encomiendo esta peregrinación a la Santísima Virgen María, que en aquellas benditas tierras recibe los nombres entrañables de Guadalupe y la Caridad».

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ZENIT Staff

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